Y hay quien todavía se pregunta si la derecha existe
Javier Brassesco, quien escribe unas interesantes y breves (lo que las hace dos veces buenas) crónicas en El Universal, termina la de este domingo contando algo sobrecogedor. Lo transcribo: «Además, me pregunto, si tumbasen a Chávez, ¿qué se va a hacer con todos los chavistas que previsiblemente saldrán a protestar pidiendo el retorno de su presidente? Carlos Fernández (el de Fedecámaras; advierto yo) responde a esto con una frialdad que asusta: ‘De eso se tendrá que encargar el Ejército’. Para que vean que la bestialidad no es monopolio de quienes nos gobiernan». Fedecámaras debería estudiar la necesidad imperiosa de adelantar su elección de directiva. Pedro Carmona era presidente de la organización empresarial cuando se metió en la aventura golpista y su conducta sin duda la chispeó. Fernández, ahora presidente en funciones, debido a la «ausencia» de Carmona, está demostrando que no es propiamente el dirigente equilibrado y sobrio que requiere un organismo como Fedecámaras. Esa respuesta («bestial», como con toda razón la califica Brassesco), es la de alguien que ni siquiera sabe en qué país vive ni cómo es que se bate el cobre. Recuerda la fórmula «genial» de Cecilia Sosa para desarmar a la población.