…Y va a perder, por Teodoro Petkoff

Esta gente sabe que está perdiendo y que va a perder. Su propia conducta la delata. Desde las peroratas de Chacumbele, cuyo subconsciente lo traiciona cada vez que se refiere al tema electoral, siendo su lenguaje claramente el de un perdedor, hasta la redacción esotérica de la pregunta para el referéndum, en la cual no se dice de qué tratan las enmiendas propuestas en el vano intento de disfrazarle la cosa a la gente, pasando por la tentativa de criminalizar las actividades de la oposición, llegando al extremo de inventar y hacer circular «correos» (entre los cuales uno que se atribuye a este editorialista) que demostrarían los nexos de la oposición con el imperio y con planes golpistas; todo eso no es de gente que se siente segura sino de quienes saben que tienen el piso muy movido y que dentro del propio mundo oficialista existen fuertes enclaves de miles y miles de personas que apoyan al Presidente… pero sólo hasta enero del 2013.
Sin embargo, estas maniobras llevan a pensar, al mismo tiempo, que algunos sectores del oficialismo están tramando algo.
Hay gente que quiere poner el caldo morado.
¿Cómo entender que se pueda llegar al extremo de redactar y poner a circular supuestos correos de este editorialista, en los cuales se le quiere hacer aparecer como una suerte de «cerebro maestro», que dicta pautas a la oposición, en cumplimiento –qué duda podría caber– de órdenes de la CIA? Ayer publicamos esos correos y cualquiera puede notar que son tan burdos y realmente tan estúpidos, que su carácter de añagaza no requiere de una especial inteligencia para detectarlo. Pero, obviamente, esto no es gratuito. Una parte del oficialismo quiere convertir su propia campaña por el SÍ en una suerte de cruzada contra un presunto plan golpista que se escondería tras la campaña por el NO.
La idea es tratar de presentar todas las actividades normales de una campaña electoral como sospechosas de golpismo. Que el rector del CNE Vicente Díaz se reúna con gente de la oposición, que se exija la apertura del REP para los nuevos votantes (cosa que siempre se ha hecho, como lo ordena la ley, y ahora se niega), que los dirigentes de los partidos políticos de oposición asistan de modo nada clandestino a reuniones en el exterior; todo se quiere hacer lucir sospechoso. Se pretende convencer al vasto sector que se mueve entre gobierno y oposición de que ésta no es democrática y sí, siempre, golpista. La pretensión es la de intimidar, asustar, forzar, la abstención de los votantes por el NO y recuperar a aquellos que, aun respaldando a Chacumbele, no le quieren extender el mandato más allá de enero de 2013. El truco es que la oposición lo que quiere es tumbar al gobierno y no, simplemente, votar contra la posibilidad de su perpetuación en el poder.
Esto es gravísimo porque conduce a preguntar hasta dónde piensan llevar estas tracale rías. Son actos que hablan de una cierta desesperación. Pero, tras diez años de repetición de estas artimañas, el país está curado de espantos.
La gente no come cuentos. Haga lo que haga, la derrota del continuismo está cantada.