Yo por mi parte deseeeooo: Maduro y el PSUV ponen la torta
Cantar cumpleaños es una costumbre patria. No hay mesa de cualquier hogar a lo largo y ancho de este país que deje pasar una torta de cumpleaños. Todos crecemos entrenados para corear alrededor de la luz de las velitas, con el aplauso al compás, el ya internacionalizado «Yo por mi parte deseeeeo…», versión full estrofa.
Pero nunca deja de sorprender que las directrices de una organización política se ocupen de gastar recursos en garantizar una logística nacional para que al mandatario Nicolás Maduro le piquen torta en cada parroquia, de cada municipio, de cada estado del país.
La circular emitida por la Vicepresidencia de Movilización y Eventos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no deja lugar a dudas: alcaldes, gobernadores, autoridades civiles y líderes de UBCH tienen que activarse y sacar la batidora para que los 60 años de Maduro no pasen por debajo de la mesa.
Nada más en Caracas Maduro tendrá 22 tortas, que se suman a los 335 pasteles que tienen que poner en cada municipio los respectivos alcaldes, porque aunque el municipio no esté a cargo de una autoridad afín a la Revolución, cualquiera con un mínimo de autoridad -y de dinero- tendrá que encargarse de que se soplen esas 60 velas en la plaza más cercana.
Tanto entusiasmo y tanto glaseado no puede desperdiciarse. Por eso la instrucción es que se tome la mayor cantidad de fotos y videos que se pueda para que mientras tanto el cumpleañero, de manera remota, pueda ver y tener constancia de la variedad de tortas «espontáneas» que alguien se comió en su nombre.
Seguramente desde Miraflores, Maduro aplaudirá la gracia del PSUV. Al fin y el cabo, después de casi una década de gobierno, esto de poner la torta, más que una celebración es un talento.