Inseguridad y apagones según Chacumbele y el PCV
Sobre el Partido Comunista de Venezuela se podía tener cualquier opinión, favorable o lo contrario, pero lo que no se podía negar es que el viejo partido de Gustavo Machado y Jesús Faría, era una organización política seria. Pero estos ñángaras de hoy parecen no tener nada que ver con sus ilustres antecesores.
Parientes pobres del PSUV, cada vez que éste los patea, le ponen la espalda y donde ésta pierde su nombre para que les vuelvan a dar. Además, poseen una extraña habilidad para jalar, que merecería mejores propósitos. Pruebas al canto. El secretario de Propaganda del ñangaraje criollo, explicando la ola de homicidios que atribula al país, dijo, textualmente y no es joda: «Hay un alerta táctico: golpean símbolos, a personas que tendrían repercusión mediática, para así afectar al Gobierno».
¿Quiénes golpean a los «símbolos»? Pues, quién va a ser: los paramilitares colombianos, el más reciente comodín del chacumbelato para disfrazar su incapacidad. Según el avispado secretario peceveco, al infortunado mayor de la GN lo habrían matado los paracos para afectar al gobierno. Ya en alguna ocasión otro genio del entorno de la Reencarnación de Simón Bolívar sostuvo, sin reírse, que los crímenes eran parte de una estrategia de la oposición para desacreditar al gobierno. Como en el caso de las otras plagas que el gobierno nos ha lanzado encima (crisis eléctrica, de la salud, de la economía y, como tapa del frasco, la del agua en Caracas), el derrumbe de la seguridad ciudadana habla de un gobierno al cual se le ha escapado de las manos el país. No sabiendo qué hacer, a la Reencarnación sólo le quedan las comiquerías que se le ocurren cada día y que nos lanza en cadena: que si la totumita, que si los tres minutos para bañarse, que si la linterna para ir de madrugada al baño y otras zarandajas semejantes.