36 refugiados venezolanos se estrenan en un nuevo albergue en Brasil
Los recién desembarcados en Río de Janeiro vivirán por un tiempo en un inmueble casi en las afueras de la ciudad que pertenece al Colegio Santo Ignacio pero que es gestionado como albergue por Caritas, una organización de la Iglesia Católica que tiene acuerdos con la Agencia de las Naciones Unidas para lo refugiados (Acnur) para recibir refugiados venezolanos
Una casa con jardín y cerca del mar en Río de Janeiro es desde este miércoles 25 de julio el nuevo hogar de 36 refugiados venezolanos, que, gracias a un programa de integración del Gobierno de Brasil, fueron transferidos desde el fronterizo estado de Roraima, a donde llegan en masa escapando de la realidad de su país.
«Cualquier lugar es mejor que Venezuela ahora, porque hagas el esfuerzo que hagas allá no da ni para comer, las personas se están muriendo de hambre», expresó Luz Mari Diaz, una de las nuevas habitantes de la casa de acogida que, junto con su hija de 6 años, dejaron su país atrás el pasado domingo en busca de un futuro mejor.
Los venezolanos que llegaron anoche a su nuevo hogar en Río, 28 mujeres y 8 niños, fueron acomodados en las habitaciones en las que se les distribuyó respetando las relaciones familiares entre ellos, ya que la mayoría son madres solteras con sus hijos así como alguna mujer transexual.
Los recién desembarcados en Río vivirán por un tiempo en un inmueble casi en las afueras de la ciudad que pertenece al Colegio Santo Ignacio pero que es gestionado como albergue por Caritas, una organización de la Iglesia Católica que tiene acuerdos con la Agencia de las Naciones Unidas para lo refugiados (Acnur) para recibir refugiados venezolanos.
Esta iniciativa del Ejecutivo brasileño, con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Brasil, prevé una permanencia de las familias en la casa por un período de 3 meses, siendo posible prorrogarla hasta 6 en los casos de mayor vulnerabilidad.
El proyecto para retirar venezolanos refugiados en Roraima, uno de los estados más pobres de Brasil, comenzó hace algunas semanas y ayer también envió 24 a Cuiabá, 50 a Brasilia y 21 a Sao Paulo, según un comunicado difundido por la Acnur.
«Vengo a trabajar y a dar lo mejor del venezolano para que mi hija tenga un futuro, porque allá no se le puede comprar ni un lápiz así trabajes de lunes a lunes», afirmó con la voz entre cortada Díaz.
Se calcula que cerca de 400 venezolanos cruzan diariamente la frontera y que en el último año y medio han entrado en Brasil un total de 50.000, de los cuales en torno a la mitad está en Boa Vista, la capital de Roraima, estado que el presidente brasileño, Michel Temer, declaró en «situación de vulnerabilidad» el pasado febrero.
Con información de EFE