Agua para la vida, por Juan D. Villa Romero
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El agua es vital para la supervivencia y la salud de todos, así como una condición previa a la realización del resto de los derechos humanos. Ocupa un lugar fundamental en la vida cotidiana y en el entorno de toda persona indistintamente de su edad, sexo, color e ideología.
El derecho humano al agua es esencial e irrenunciable. El vital líquido constituye patrimonio nacional estratégico de uso ciudadano, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida. Implica el derecho a un agua de calidad en cantidades suficientes y la garantía de unos medios de saneamiento adecuados para prevenir enfermedades y preservar así la pureza de la misma.
No olvidemos que la presencia de agua salubre en los centros educativos contribuye significativamente a materializar el derecho a la educación. Que el aprendizaje de un infante o adolescente se puede ver seriamente obstaculizado si su colegio o liceo no dispone de agua potable y aseos salubres.
En el 2010 la Asamblea General de Naciones Unidas mediante la Resolución 64/292 reconoció que el derecho al agua potable y el saneamiento ambiental es de carácter humano esencial para el pleno disfrute de la vida, la productividad de los países y exhortó a todos los gobernantes a desplegar todos sus esfuerzos con el fin de garantizar un acceso fluido y económico.
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Debemos contar con agua permanente en nuestras tuberías. No es justo que estados como el Zulia estén al día de hoy confrontando días, meses y años sin ver fluir el vital líquido por las tuberías, como pasa por ejemplo en la Costa Oriental del Lago.
Hoy el pueblo zuliano, se encuentra por más de una década sin recibir bombeo constante por parte de Hidrolago y arrinconado a los elevados costos de las cisternas que cobran un dólar por llenar una sola pipa.
Desde Unidad Visión Venezuela alzamos la voz por una solución coordinada a esta realidad. Que tanto el Zulia como los demás estados de nuestro territorio nacional tengan bombeo continúo de agua potabilizada, limpia y con costos asequibles.
En definitiva, favorecer constructivamente la protección, suministro y gestión apropiada del agua debe ser la prioridad absoluta de todos los niveles de gobierno para garantizar nuestra calidad de vida y especialmente la de nuestros niños.
Seguir el ejemplo que Chacao dio en materia de abastecimiento hídrico. Emular la gestión de Gustavo Duque, quien ha sido un alcalde comprometido a aislar las quejas con soluciones concretas y hechos tangibles, asumiendo como pocos gobernantes en el país tareas que no son de su competencia, pero que como primera autoridad municipal –responsable con sus vecinos–, ha buscado la manera de paliar problemas primordiales, como en este caso con los pozos de agua profundo, que sin lugar a dudas han sido en beneficio de la mejora de la calidad de vida de los habitantes de esta localidad.
Juan Villa Romero es Político. Secretario Juvenil de Unidad Visión Venezuela.
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