Al comedor de la escuela Carrero de Pueblo Nuevo no lo detiene la escasez de gas
Entre 650 y 680 almuerzos se entregan en el recinto educativo, donde docentes, miembros del PAE, de Punto y Círculo y vecinos de la zona llevan adelante el programa de alimentación, a pesar del covid-19, la falta de gas y los prolongados cortes de luz en el Táchira
Fotos: Cortesía ONG Construyendo Conciencias
En la escuela Juvenal Carrero de Pueblo Nuevo (Táchira), bajo ninguna circunstancia se deja de servir la comida. El recinto educativo es uno de cuatro comedores del municipio andino en los que se lleva a cabo el Programa de Alimentación Escolar (PAE).
No hay pandemia, cuarentena, escasez de gas, de combustible, de transporte o prolongados cortes de luz (hasta de 18 horas se han registrado en la localidad) que impidan que salgan los 650 almuerzo diarios que cocinan y reparten bajo el Plan Punto y Círculo, con colaboración de miembros de la comunidad.
Jornada del 24 de junio de 2020
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El Plan Punto y Círculo es un programa del gobierno de Nicolás Maduro. Un modelo económico de transición al socialismo.
De 175 a 680 almuerzos diarios
Desde el pasado 18 de marzo, el programa liderado por la profesora Maryliz Lazo Medina y en el que laboran tres cocineras de la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (CNAE): Inés Moreno, Ingrid Quiroz y Neira Cárdenas; atiende entre 650 y 680 personas, a diario, que residen cerca del plantel. El programa comenzó con 175 niños, en cuestión de meses aumentó el número de comensales.
Hasta ahora 200 escolares, 150 adultos mayores, 5 embarazadas, 260 adultos y 17 discapacitados (algunos de ellos se trasladan, incluso a pie desde Hato de la Virgen, como a 10 kilómetros de la escuela, para buscar el almuerzo) son los beneficiados de esta actividad que llevan adelante los vecinos de Pueblo Nuevo, sorteando todos los contratiempos propios del estado fronterizo y la precariedad de los servicios públicos que atraviesa el país.
Si no hay gas, a leña
Los productos para la elaboración de los alimentos: harina, caraotas, frijoles, aceite y pasta, los reciben del PAE. Los aliños, especies y frutas los proporcionan miembros de la comunidad. El gas para preparar la comida lo reciben de la planta de llenado de gas, cuando llega; en varias oportunidades han tenido que cocinar a leña, como muchos tachirenses. En algunas localidades de la entidad han pasado hasta ocho meses sin poder conseguir el combustible.
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“Los días que no hemos tenido el gas, que no ha llegado a tiempo, se ha cocinado con leña, con la ayuda de la comunidad, ellos nos ayudan con la estufa, a que no se apague. Mientras las señoras del CNAE cocinan”, resaltó Lazo Medina, directora del plantel ubicado en el municipio Capacho Nuevo.
Las docentes Yoly Pastrán, Lilian Velazco, Mary Rincón y Andrea Patiño, representante de la Resolución 058 (Resolución Ministerial que establece la Normativa y Procedimiento para el funcionamiento del Consejo Educativo), se encargan de la organización y del registro de los comensales.
Aporte de los vecinos
Del aseo, orden, mantenimiento de la escuela se encargan vecinos de Pueblo Nuevo, voluntarios, entre ellos: Omar Villamizar, Laidy Chacón, Elizabeth Villamizar, Antonio Ramírez, Ricardo Abreu y Edixon Villamizar. El personal de mantenimiento de la escuela no ha ido a laborar por temor a contagiarse de la covid-19. Sin embargo, esta actividad se ha venido llevando a cabo tomando las medidas básicas para evitar el virus.
José Alirio Parada De Pablos, residente de Lomas Bajas (Capacho), es uno de los beneficiados de este programa, quien va casi todos los días por un almuerzo para él, uno de sus hermanos y su mamá.
Estos habitantes de Pueblo Nuevo desde el pasado 16 de marzo se ponen todos los días su mascarilla y nada los detiene para seguir cocinando y sirviendo almuerzos solidarios.