Ateneo fronterizo dejó de ser un centro cultural y se convirtió en hotel
Aunque los miembros de la junta directiva del centro cultural presentaron denuncias debido a la invasión y al robo de los inmuebles que se encontraban en el lugar, ni las autoridades municipales ni el alcalde del municipio Bolívar, William Gómez, han tomado acciones al respecto
El Ateneo Fronterizo ‘Dr. Marco Ramírez Murzi’ era un espacio cultural de San Antonio del Táchira creado con el propósito de entretener y educar a los niños, jóvenes y adultos tachirenses mediante las actividades que ofrecía. Sin embargo, desde hace dos años dejó de funcionar como un centro cultural y se convirtió en un hotel.
El profesor Armando Garnica, director de la institución, señaló que al lugar van otros venezolanos de la región para utilizarlo como posado cuando van a hacer compras en Colombia y pagan por pasar la noche. «Meten gente a dormir y le cobran. Está convertido en una pocilga, ese es su nuevo rostro”, señaló Garnica.
El señor Garnica tuvo que desalojar el centro hace dos años debido a que fue invadido.“Se robaron el cableado, los instrumentos musicales, y rompieron los baños” dijo. Desde entonces hay grupos de personas que viven allí y hasta tienen instalados tendederos donde secan sus ropas.
Pese a que este era un lugar emblemático para el pueblo del Táchira, las autoridades no han hecho nada al respecto e incluso dicen desconocer lo que ocurre en sus instalaciones. El alcalde William Gómez aseguró que «hasta donde tengo conocimiento, la comuna que corresponde a ese sector fue la que tomó eso, limpió y ocupa las instalaciones”.
Por su parte, el profesor Garnica expresó que las autoridades municipales sí sabían al respecto, pero que simplemente les daba igual que el ateneo «de ser un centro difusor de cultura, se convirtió en un centro de malandros”.
Destacó también que al momento en que invadieron el centro, los integrantes de la junta directiva del mismo presentaron denuncias que hasta ahora no han sido procesadas. “Ni la gobernación ni la alcaldía nos dieron respuesta. Lo mismo pasó con el Cicpc y la policía”, manifestó, al tiempo que sentenció que «desde el punto de vista jurídico, la directiva está por fuera. Quienes están ahora son personas que se metieron a la fuerza, de manera ilegal y, supongo, tienen vínculos con el poder municipal. Nadie se mete tan campantemente para invadir una institución como esta”.
El desarrollo cultural y el disfrute de las personas que acostumbraban ir al lugar están estancados. No obstante, para cuando el estado de derecho en la frontera se restablezca es necesario rescatar a San Antonio del Táchira para que sea el referente económico, político y cultural que era en antaño, refirió el director del ateneo.
Libros incinerados
La biblioteca del centro cultural, según el profesor, no se salvó de las acciones desmedidas de los grupos que ingresaron a la fuerza. Cerca de 6.000 libros, incluida una colección de la Fundación Ayacucho, fueron incinerados. “Arrancaron sus hojas, hicieron una montaña y le prendieron fuego”, compartió Garnica.
Asimismo, señaló que en la institución había un piano que fue destrozado para poder sacarle el bronce con que estaba hecho y venderlo en La Parada, en Colombia. “En estos instantes, es imposible pensar que San Antonio está ocupando un lugar preferencial dentro de la cultura”, refirió el profesor armando.
Un proyecto para la cultura
Desde el inicio del proyecto, el Ateneo Fronterizo estuvo pensado como una institución que actuaría a modo de muralla contra el contra el contrabando, la droga y el sicariato, puesto que iba a ser el lugar en donde niños y jóvenes tuvieran la oportunidad de desarrollar sus talentos.
La meta se fue cristalizando y, con el tiempo, la sede fue tomando la forma deseada: oficinas administrativas, 10 aulas para talleres de teatro, danza, títeres, entre otras actividades. Hoy en día la realidad es otra, pero su director Garnica espera que en el futuro la institución tenga «la efusividad cultural de antes, donde niños, jóvenes y adultos den lo mejor de sí para hacer del arte una forma de construir país.»
Con información del Diario La Nación