Avanzada Progresista exige a Maduro “respuesta contundente” por muerte de niño en aguas de Trinidad
El parlamentario venezolano Luis Augusto Romero aseguró que miles de trinitenses llegaron a Venezuela buscando un destino mejor, a lo que agregó que fueron recibidos “sin mayores contratiempos”
El secretario general de la organización política Avanzada Progresista (AP), Luis Augusto Romero, exigió al régimen de Nicolás Maduro “una respuesta contundente” en relación a los hechos suscitados en aguas territoriales de Trinidad y Tobago, el cual culminó con la muerte de un niño de un año.
Romero expresó que el suceso debe investigarse y “determinarse responsabilidades” ante el uso desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad en contra de los migrantes criollos.
En este sentido, el miembro de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional adepta al régimen de Nicolás Maduro, se refirió al “acoso policial” que ha sido sometida la madre del niño fallecido, así como el “trato inhumano” del cual es víctima por parte de las autoridades trinitenses.
“Es indignante e inaceptable este ensañamiento, como venezolano y como parlamentario exijo al gobierno una respuesta contundente. Nuestro embajador en la isla debe ser llamado a consultas hasta que se aclare esta situación. Las explicaciones y justificaciones de las autoridades trinitenses son insuficientes, la displicencia con la cual ha sido tratado el caso bordea el cinismo”, dijo.
Romero expresó que la situación de los migrantes venezolanos debe ser atendida de inmediato “antes de que ocurran a nuevas tragedias”.
“Mafias de toda laya se aprovechan de la vulnerabilidad de quienes por necesidad tienen que abandonar el país ilegalmente. El tráfico de personas es un terrible flagelo que padecen los migrantes en todas partes del mundo. Todos sabemos lo que ocurre con estas mafias en el oriente del país, pero el gobierno no actúa, y al no hacerlo se hace cómplice de esta terrible situación”, indicó.
El parlamentario aseguró que miles de trinitenses llegaron a Venezuela buscando un destino mejor, a lo que agregó que fueron recibidos “sin mayores contratiempos”.
“Muchos de ellos siguen aquí, formaron familia se integraron. Nunca fueron perseguidos o execrados. Es realmente bochornoso que el gobierno de Trinidad y Tobago justifique este tipo de excesos policiales contra migrantes indefensos”, puntualizó.
El pasado 6 de febrero la Guardia Costera de Trinidad y Tobago “abrió fuego” contra una embarcación venezolana que transportaba un grupo de 20 migrantes a la isla caribeña. En el ataque resultó fallecido un niño y su madre.
El defensor de derechos humanos Orlando Moreno informó que el infante, cuyo nombre era Yaelvis Santoyo Sarabia, iba en brazos de su madre, Darielvis Sarabia.
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En un comunicado emitido después del mediodía del domingo, la Guardia Costera dijo que mientras patrullaba la costa sur, detectó una embarcación que cruzó la frontera desde Venezuela, admitiendo que dispararon en su contra.
“Se utilizaron todos los métodos disponibles, incluido el uso del megáfono, la bocina del barco, el reflector y las bengalas, para tratar de detener la embarcación sospechosa, sin embargo, la embarcación continuó intentando evadir. De acuerdo con los protocolos estándar, a continuación se emplearon disparos de advertencia delante de la embarcación”.
Días después el primer ministro de Trinidad, Keith Rowley, insistió que la muerte de un bebé de madre venezolana por disparos de la Guardia Costera de ese país fue “un accidente” y reiteró que los funcionarios de ese cuerpo de seguridad cumplían “órdenes razonables y profesionales bajo protocolos y leyes internacionales”.
Un grupo de migrantes venezolanos, detenido por las autoridades de Trinidad y Tobago el 5 de febrero, negó la versión de la Guardia Costera de ese país sobre el incidente que ocasionó la muerte de un bebé a bordo de un bote.
Los abogados Criston Williams y Siddiq Manzano dijeron al diario Newsday que después de entrevistar a tres de los migrantes que viajaban en el barco, hubo diferencias clave en su versión de los hechos y el informe de la Guardia Costera.
Manzano detalló que los migrantes con los que habló negaron haber intentado embestir uno de los botes de la Guardia Costera y afirmaron que un motor defectuoso les impidió intentar escapar. “Dijeron que el bote en el que viajaban tenía dos motores y uno de los motores se paraba y volvía a encenderse”.