Banda de chiflados, por Teodoro Petkoff
El Plan de Destrucción Nacional avanza a paso de vencedores. Giordani empujó el desvencijado carromato de la economía nacional un paso más hacia el barranco. Crearon un tercer tipo de cambio oficial, con precios variables, dentro de la banda que establecerá el BCV. La genial medida consiste en transformar el mercado permuta en una Cadivi más chiquita, con un engorro similar para obtener o vender dólares, más el plus de la policía si el vendedor desborda el tope superior de la banda de precios.
Lógicamente, no habrá medida policial alguna que impida el funcionamiento de un mercado negro, que ya desde hoy mismo debe estar montado, por ahora para operaciones relativamente pequeñas y en cash, sobre todo porque durante quince días ni siquiera estará abierta la taquilla del permuta. Por supuesto, quién sabe para cuándo, pero inexorablemente, una nueva devaluación ya está engatillada. Por ahora, todo está paralizado porque nadie sabe cuál será el precio del dólar.
Nadie compra ni vende nada. ¿A qué precio del dólar se repone la mercancía que se venda hoy? El problema no es tan difícil de entender, a pesar de todos los esfuerzos que hizo Giordani por engalletarlo con una regla de tres para engatusar oligofrénicos. Por un momento, no piense en dólares, lector, sino en tomates. La cosecha de este año se cayó y el precio del kilo saltó de seis a treinta bolívares y pico. No es especulación sino escasez.
¿Que hay vivos que aprovechan la situación para venderlo todavía más caro? Sin duda, pero esos especuladores pueden hacer su agosto porque los precios se mueven mucho y muy rápidamente, gracias a la inflación. Esta es el problema, no la inefable especulación. Si se abate la primera, desaparece la segunda.
Ahora vuelva, lector, a pensar en dólares. El problema es que estos también se han puesto escasos. El BCV no tiene dólares suficientes para atender simultáneamente el mercado de 2,60, el de 4,30 y el permuta.
En los dos primeros el precio del verdín gringo no se puede mover, pero en el permuta sí, reflejándose allí la escasez. Por eso sube su costo. Si el BCV hubiera tenido una suficiente provisión, habría podido bajar el precio del dólar-permuta. Pero no la tenía, por eso el precio se puso los patines. ¿Dónde están los dólares? Pdvsa le entrega al Banco Central menos de la mitad de los que recibe; surte también con unos millones al Fonden.
El BCV también transfiere verdes del Norte a Fonden. ¿Qué hace el Fonden con esa bola de divisas? En verdad no se sabe, pero las despalilla. Total, la «cosecha» de dólares por parte del BCV ha menguado y con las nuevas medidas la escasez será aún mayor. Divida usted, lector, el total de bolívares que están circulando en la economía por el monto en dólares de las reservas internacionales y eso le da un poquito más de 8 bolívares por dólar. Ese es el precio de este.
Por ahora. Para cuando salgan con la banda de precios, la escasez hará que el tope esté por debajo de su valor en la vida real.
Esta gente tiene perdida la goma.