Barrio Afuera, por Teodoro Petkoff

Recientemente, el ministro de Salud se reunió con representantes de todas las clínicas privadas del Area Metropolitana de Caracas para pedirles su colaboración en materia de radiología porque, según admitió paladinamente, sólo dos de los servicios de esa especialidad en los hospitales públicos de Caracas están en buenas condiciones. Los demás están fuera de servicio. Es contra esta realidad que se estrella Barrio Adentro. La atención médica primaria, que es la que presta la misión cubana, atiende, por supuesto, solamente los primeros síntomas de una enfermedad pero, obviamente, después debe remitir los pacientes a los hospitales y ambulatorios públicos, ya sea para un diagnóstico en profundidad o para la terapia exigida. Pero resulta que en los hospitales públicos la radiología está dañada, los insumos son escasos y desaparecen rápidamente (el robo de ellos continúa siendo una práctica bochornosa), y, en general, médicos y paramédicos hacen milagros para atender a la gente en medio de extrema precariedad.
Los indicadores globales de salud de la población traducen la bancarrota del sistema público de atención médica. Lo del paludismo es un ejemplo dramático. En 1962 casi había desaparecido del territorio nacional (210 casos) ; en los ochenta, coincidiendo con la llamada “década perdida”, el paludismo volvió a la carga y en 1990 se llegó a la cifra de 46.659 casos. De allí en adelante se fue mejorando hasta cerrar 1998 con 21.863 casos. Entonces llegó el comandante y mandó a parar: en 2002, 29.337 víctimas de la malaria; en 2003, 31.186; en 2004, 46.244, y hasta el 23 de julio de este año van 29.898 casos —más, ya, que en todo el año 2002.
En otro campo, la mortalidad materna, que, por supuesto, afecta casi exclusivamente a las parturientas provenientes de sectores humildes, hasta 2003 (último año del cual se ha proporcionado información) ha aumentado en 13% . En 1998 fallecieron 51 mujeres por cada 100 mil nacidos vivos, por causas relacionadas con embarazo, parto y postparto. En 2003 el registro ascendió hasta 57 mujeres por cada 100 mil nacidos vivos. Es de dudar que en el año siguiente la situación haya mejorado porque con las mujeres embarazadas Barrio Adentro no puede hacer nada. La atención a mujeres embarazadas está más allá de los limitados recursos con los cuales, como es obvio, trabajan los galenos de esa misión.
La mortalidad infantil también se ha incrementado. Entre 1990 y 1998 se redujo en 17% ; entre 1999 y 2003 (último año con información disponible) se redujo solamente en 13% . Los números del 2004, ofrecidos para junio, no han sido publicados todavía. Ha aumentado también el número de muertes por desnutrición, diarreas y neumonías en niños menores de un año. Por cierto que la eliminación de los hogares de cuidado diario (seguramente por neoliberales) tiene que ver con esto. En lugar de mejorarlos, fueron desmantelados, dejando sin atención a cerca de 400 mil niñitos que disponían de esa atención.
Un sistema de atención médica primaria queda cojo si simultáneamente no se apuntala y desarrolla la red pública de hospitales, dispensarios y ambulatorios. En esta materia, desgraciadamente para el país, sobre todo para los pobres, el gobierno también está raspado.