Cambio climático y realidad colombiana: La respuesta cooperativa, por Eduardo Matute A.
Twitter: @edmatute
Ya las consecuencias del cambio climático alcanzan las cumbres presidenciales de los países desarrollados. Durante años, científicos y organizaciones alertaron sobre lo que nos venía encima. El cooperativismo, ya desde hace quince años, discutió y planteó alternativas y compromisos.
Las cooperativas colombianas, reunidas en su 10ª Congreso Nacional, celebrado en septiembre del 2008 -ya hace 13 años- planteaban la inquietud y asumían como colectivo, compromisos destinados a mitigar esas consecuencias, desde su entorno. He aquí el documento en cuestión:
Considerando:
Que existe una gran preocupación a nivel global por el creciente deterioro ambiental, que se aprecia en el daño que, en mayor o menor grado, sufren los diversos componentes del medio ambiente, como el aire, el suelo y el agua.
Que este creciente deterioro es causado por la acción e inacción del hombre y se manifiesta en diversos fenómenos, como son:
- El calentamiento global
- El declive de la capa de ozono
- La deforestación
- La destrucción de la diversidad biológica
- La contaminación del aire
- La escasez de agua
- La emisión de contaminantes orgánicos persistentes
- La desertización de los suelos
- La contaminación de costas y mares
Que los daños ambientales afectan a todos los organismos vivientes y atentan contra las bases mismas de la vida en la tierra.
Que la principal consecuencia de esta situación es el empobrecimiento de los ecosistemas y de los servicios que éstos prestan, los cuales son cruciales para la satisfacción de las necesidades básicas de la humanidad, incluyendo los servicios de aprovisionamiento (agua, alimentos -de origen agropecuario y silvestre, pesqueros y acuícolas-, fibra, medicinas naturales y productos farmaceúticos, etc.); los servicios de regulación (del clima, del aire, de las aguas, de la erosión); y los servicios culturales (espirituales y religiosos, de recreación, y estéticos).
*Lea también: La sacralidad del tiempo, por Ángel Lombardi Lombardi
Que la Alianza Cooperativa Internacional –ACI-, en su “Estrategia para enfrentar el cambio climático”, adoptada en abril de 2008, propende por reducir los gases de efecto invernadero; por motivar a sus miembros a llevar un estilo de vida menos dependiente del carbono, y por influir sobre las decisiones gubernamentales para disminuir eficiente y rápidamente las emisiones.
Que Colombia contribuye al deterioro del medio ambiente, pero a su vez es víctima de los efectos adversos que derivan del mismo.
Que a pesar del gradual empobrecimiento del medio ambiente, Colombia sigue siendo un país rico en oferta ambiental.
Que la Constitución Política de Colombia establece el derecho de todas las personas a gozar de un ambiente sano y el deber del Estado de proteger la diversidad e integridad ambiental, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines, propósito al cual deben contribuir también los particulares.
Que la política ambiental del país se orienta a preservar su biodiversidad, como patrimonio nacional y de interés de la humanidad, a protegerla prioritariamente y a aprovecharla en forma sostenible.
Que el sector cooperativo ha venido incursionando en numerosos proyectos de gran impacto ambiental. Muestra de ello es el de reforestación que se adelanta en el municipio de Puerto Gaitán, Meta, para la siembra de 2.100 hectáreas de acacia magnium, a través de un organismo de propiedad de las cooperativas, que desarrollará otros proyectos agroindustriales en beneficio del ecosistema de la región. La siembra de acacia, liderada por Confecoop, espera lograr el apoyo de todas las cooperativas para dotar al país de mayores zonas verdes, en procura de una mejor calidad de vida para las generaciones presentes y futuras.
Que otro proyecto del sector y de mucha importancia para la sostenibilidad del medio ambiente, es el que adelanta en la zona del eje cafetero el Grupo Coomeva, para la organización e industrialización del proceso de transformación de la guadua, que se desarrollaba en forma rudimentaria y sin el cumplimiento de estándares mínimos de calidad, logrando de esta manera sembrados renovables que contribuyen a la recuperación de la biodiversidad. En este proyecto pueden participar todas las cooperativas, como un ejemplo de integración y del compromiso del sector con la comunidad.
Que el cooperativismo tiene la firme decisión de continuar contribuyendo cada día más, en la ejecución de proyectos y programas que beneficien el medio ambiente y hagan frente al cambio climático.
Acuerdan:
Cumplir estrictamente con los postulados de la Constitución Nacional y las disposiciones legales vigentes, mediante acciones tendientes a proteger la diversidad biológica y la integridad ambiental, y fomentar la educación empresarial para lograr estos objetivos.
Adoptar acciones y procedimientos, tanto internos como externos, orientados a la conservación del medio ambiente más allá de lo previsto en las disposiciones legales, ejerciendo así una genuina responsabilidad social corporativa.
Realizar periódicamente una auto evaluación institucional que permita determinar el grado de cumplimiento de la normatividad vigente.
Involucrar el tema medioambiental como una norma de conducta de la organización y como parte de la estrategia de competitividad empresarial.
Impartir, promocionar y promover educación medioambiental.
Velar, a través de Confecoop, por el cumplimiento y la permanencia del pacto, garantizando su seguimiento continuo.
Eduardo Matute es cooperativista.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo