CAP III, por Simón Boccanegra

Llegó, pues, la hora del ajuste. Magnón, el emperador de la galaxia, nos anunció ya algunas de las medidas que se dispone a tomar, consciente como parece estar de que los precios del petróleo van palo abajo y con ellos los ingresos del país por ese concepto. Ya, con los actuales niveles de precios, el país dejará de percibir este año 13 mil millones de dólares.Por tanto, o recorta los gastos o busca más plata. Nuestro sorpresivo neoliberal de nuevo cuño optó por lo segundo, porque reducir el gasto es misión imposible. Se apresta, pues, a cobrar más por la gasolina, a incrementar el Impuesto sobre la Renta y a reinventar el impuesto al lujo y al consumo suntuario,cuyo copyright pertenece a CAP II y a su ministro Pedro Rosas.Esa barajita ya la tenemos. Está repetida. Ese impuesto, por cierto, es más bulla que cabuya. Suena bien y sirve para que los que todavía creen en pajaritos preñados tengan su orgasmo:luce de lo más revolucionariamente chic, pero no produce casi nada. Es la misma historia de siempre.Gobiernos fiscalmente irresponsables se encuentran con que ya la cobija no les da para arroparse y, ¡bingo!,que pague el pueblo sus desafueros. Más impuestos, más inflación, viva la revolución. Salmódiese con ritmo de rap.