Caradurismo al cubo, por Teodoro Petkoff

Si no fuera por el periódico en que salió publicada y por el periodista que hizo la entrevista, se estaría tentado de creer que las declaraciones de CAP divulgadas ayer son una jugarreta de algún laboratorio de guerra sucia del oficialismo. Pero, puesto que no es así habría que convenir en que la única hipótesis plausible para explicar esa suma de disparates es que el accidente cerebrovascular del cual está convaleciente el ex presidente le ha afectado la sesera. Porque, mediando el 4F, no sería dable aceptar que, a pesar de las apariencias, pueda existir una suerte de connivencia entre Pérez y Chávez. Sin embargo, más que el entusiasmo, el gusto con el cual Chávez se despachó ayer en «Aló, Presidente» contra CAP revela inequívocamente que la publicación de esa entrevista le vino realmente como anillo al dedo.
Es difícil creer que sea coincidencia que ella haya aparecido el mismo día que la Coordinadora Democrática celebraba el importante acto unitario de ayer. Porque, aparentando que el blanco es Chávez, en realidad fue un torpedo que apuntaba bajo la línea de flotación de la CD. Después del enorme esfuerzo realizado por la oposición democrática para traer nariceado a Chávez hasta el RR, venir a decir que el revocatorio fracasará porque, entre otras cosas, no forma parte de la idiosincrasia latinoamericana, que solamente la vía violenta permitirá sacarlo y que habrá violencia de «corta duración» es lisa y llanamente, proponer algo que seguramente en la mente de CAP sí que está bien ajustado a la idiosincrasia latinoamericana: el golpe de Estado. Pero, además, ni siquiera se abstiene de predecir lo que quisiera que sobrevenga: nada menos que una repetición ampliada de la carmonada, una caída y mesa limpia como la del 12A, pero de unos dos o tres años, para «asentar las bases democráticas del futuro». ¡Y este hombre tiene los riñones de decirnos, en la misma entrevista, que él no es el pasado sino el futuro!
La otra cara de esta misma moneda la constituye José Vicente Rangel. ¿Qué le pasa a Rangel? ¿Los años le están derritiendo el cerebro? Con un caradurismo idéntico al de CAP, perfectamente conciente de que está mintiendo, afirma que Pérez «es el jefe de la oposición», «el que le da línea» e incluso emplaza a la CD a deslindarse del ex presidente –igualito a como infructuosamente trató de hacer creer que la CD estaba involucrada en lo de los paramilitares. ¿A quién cree Rangel que puede convencer de que este hombre enfermo, aislado en Miami, sin presencia política alguna en Venezuela, prácticamente sin nexos con las fuerzas políticas del país, incluso expulsado de AD, es el jefe de la oposición? Un poquito más de respeto por la inteligencia de los demás, por favor.
Pero, por lo visto, es la hora de los profetas del Apocalipsis. Sin embargo, a gentes como CAP y JVR, ya descontinuados, parados en el hombrillo de la historia, que tratan de llamar la atención a punta de declaraciones escandalosas, sencillamente no hay que pararles. Son los extremistas inútiles.