Carolina Girón: Cárceles son caldo de cultivo para propagación de enfermedades
La directora del Observatorio Venezolano de Prisiones, Carolina Girón, advirtió que en Venezuela se está conformando un patrón de persecución a los dirigentes políticos. Manifestó su preocupación por la posibilidad de propagación del coronavirus en las cárceles del país
El seis de agosto de 2011, Hugo Chávez ordenó impulsar un cambio en el sistema penitenciario, recordó que los dos años en los que estuvo recluido en Yare le sirvieron de formación y que cuando salió de allí en 1994 lo hizo crecido en lo espiritual, lo ético, lo intelectual y del conocimiento. En esa oportunidad nombró a Iris Varela, entonces diputada a la Asamblea Nacional, como ministra de Asuntos Penitenciarios encomendándole tal tarea.
Casi nueve años han pasado, Chávez falleció poco después de aquel anuncio, y el sistema se encuentra peor que cuando el que dirigió la intentona del 4 de febrero de 1992 se formó en una de las cárceles de la llamada IV República. Buena parte del total de los centros de reclusión están dominados por los pranes y en la parte en que el Estado mantiene el control las condiciones de alojamiento, higiene y alimentación son deficientes, lo que ha multiplicado la proliferación de enfermedades.
La directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Carolina Girón, alertó sobre la proliferación de la tuberculosis en las cárceles de Venezuela y mostró cifras alarmantes sobre las muertes en los sitios de reclusión, donde más de la mitad se producen por problemas de salud. En entrevista con TalCual, abordó con profundidad sobre estos temas.
Desnutrición en las cárceles del país
-¿Cuál es el panorama en las prisiones en el primer trimestre del año?
-En las cárceles del país hay una población de cerca de 40.000 presos, y en los calabozos policiales entre 35 y 37 mil presos, cifras que damos basándonos en las que han dado lo ministros. Hasta noviembre de 2019 en las cárceles murieron 97 presos, 77 de los cuales lo hicieron por condiciones de salud. En los calabozos murieron 177 detenidos, el 50% por condiciones de salud. Si lo comparamos con 2018, en noviembre de 2018 murieron 36 presos y en calabozos 91. Nos tiene alarmados son las muertes por condiciones de salud y la desnutrición, que está trayendo enfermedades como tuberculosis, malaria, hepatitis y, en consecuencia estas muertes inminentes.
“El problema ha sido la desnutrición y es lo que ha traído esta cantidad de enfermedades y la mortandad. Aún no tenemos cifras oficiales del primer trimestre, estamos corroborando las cifras, pero sabemos que la situación va empeorando, las muertes por problemas de salud aumentan de manera alarmante, y las autoridades nada están haciendo”, aseguró Carolina Girón.
-¿Para garantizar la alimentación de los presos los familiares deben aportar?
-Con respecto a los centros penitenciarios se dan dos situaciones. Unos están bajo el régimen nuevo, bajo el control del servicio penitenciario, desde el 2011, cuando la ministra (Iris Varela) ha venido haciendo tomas de estos penales, pero hay otros centros, como Tocorón, Tocuyito, que están bajo el control de los pranes. En estos, son ellos los que dicen quién y qué entra y qué no y han permitido el ingreso de alimentos por parte de los familiares en esta situación irregular. En los que están bajo el régimen penitenciario no permiten la entrada de alimentos y ahí es donde se están evidenciando muertes por desnutrición porque el Estado no está cumpliendo en llevarles la comida.
Situación de gravedad en las cárceles del país
Precisó Girón que en el caso del Centro Penitenciario de Occidente los presos decían que tenían hambre y el director tenía la comida escondida en un depósito. “Se diluye a dónde va la comida y corresponde al ministerio poner los controles necesarios para que esta situación no pase”, indicó.
Añadió que, a raíz de esta situación, se ha ido poniendo más difícil la situación, y las autoridades han permitido la entrada de alimentos en las cárceles del país, así como de algunas medicinas, por parte de los familiares, pero una vez al mes, y además la atención médica es mínima en algunos centros, mientras que en otros no existe ni siquiera. Resaltó que la Cruz Roja ha dado algunas ayudas, como en Uribana y, la semana pasada, en El Dorado, estado Bolívar, donde la situación es grave porque los presos están ingiriendo agua del río Cuyuní, que está contaminada por mercurio debido a la minería.
-¿Han hecho llegar estos planteamientos a la Comisión de DDHH de las Naciones Unidas?
-Todo se ha entregado en cifras tanto a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas Michelle Bachelet, a la Comisión Interamericana de DDHH y a todos los organismos multilaterales, que están al tanto de la situación.
Trato infrahumano
La directora del OVP detalló el marco legal que estaría siendo violentado con la situación a la que las autoridades someten a la población penitenciaria y los daños que de ahí se derivan para la sociedad en general.
“La Constitución –indicó- establece la descentralización de los centros penitenciarios, algo que no se ha cumplido, también se prevé un régimen penitenciario con respeto a los DDHH de los detenidos para su reinserción en la sociedad. En cuanto a la convención de DDHH se está incumpliendo el derecho a la vida, también las condiciones mínimas del recluso, las llamadas reglas Nelson Mandela, que ordenan tener establecimientos con personal idóneo, con acceso a los servicios de salud, higiene, que las personas sean tratadas como seres humanos”.
Aclaró que no se defiende el por qué la persona está allí, ya que si lo está es porque cometió un delito y el Estado lo juzgó, sino el objetivo de que el Estado debe dar las condiciones mínimas para la reinserción de esa persona a la sociedad.
“No se defiende el crimen, deben ser tratados como seres humanos para que regresen a la sociedad y puedan ser buenas personas, pero si se trata a las personas de forma infrahumana, ¿qué vamos a sacar de allí?”, expresó Girón.
Diferente
Insistió en la necesidad de cumplir con las atenciones establecidas legalmente a la población penitenciaria, para rescatar a esa persona y evitar que salga de la cárcel con mayor inclinación hacia el delito. «Si llegas a un sitio sucio, te dan una comida en un tobo, sacas de ahí es un resentimiento muy grande. No es una utopía promover el buen trato para favorecer el reingreso a la sociedad de esa persona porque se ha verificado en otros países. Sacas una persona diferente».
-El pasado miércoles se conoció la situación de los privados de libertad en el Centro Penitenciario de Coro, a quienes desnudaron y mantuvieron en ese estado en un patio del penal. ¿Qué han observado ustedes al respecto?
-Se ha hecho común que desnuden a la población del penal cuando se hacen requisas en las celdas. En ocasiones no solamente los desnudan sino que los golpean con peinillas. Es un trato inhumano. Se incumple el Convenio contra la Tortura y Tratos Crueles.
Alerta por coronavirus
El gobierno de Nicolás Maduro declaró emergencia sanitaria este jueves 12 de marzo ante la propagación del coronavirus procedente de la provincia de Wu Han en China. Para evitar el contagio se insiste en mantener ciertas normas de higiene, que en los centros carcelarios se hace muy difícil, por lo que pueden servir para la propagación del virus.
“Nos preocupa la cuestión de salud en las cárceles del país, y se suma la preocupación de la declaración como pandemia del coronavirus por parte de la OMS del coronavirus y cuando la recomendación es el lavado frecuente de las manos y resulta que en los penales no hay agua”, indicó Girón.
Aseguró que la carcelaria es una población muy vulnerable. “Primero, no hay agua, luego, los artículos de limpieza e higiene personal son mínimos, los servicios sanitarios mínimos, Dios quiera que eso (el virus) no llegue. En los calabozos policiales es peor. En los penales (el reo) tiene posibilidad de salir a los patios, movilizarse y tomar sol, pero en los calabozos, por la infraestructura de las comisarías, no tienen posibilidad de ver la luz del sol. Es un hacinamiento crítico, en celdas previstas para 20 personas hay 100 y 200”.
Sostuvo que por eso es que la propagación de la tuberculosis a partir de las cárceles del país ha sido muy fuerte. “Es un llamado a las autoridades, tienen que solucionar eso, donde hay hacinamiento es un caldo de cultivo para las enfermedades. Está pasando con la tuberculosis, los mismos policías que los custodian están infectados”.
Patrón de persecución
-La Alta Comisionada para los DDHH de las Naciones Unidas actualizó su informe con respecto a la violación a los DDHH en Venezuela, pero el mismo día se produjeron nuevas detenciones de dirigentes políticos, específicamente de diputados a la Asamblea Nacional.
-En Venezuela se están violando los DDHH de una manera sistemática y continua. Aunque no es trabajo de nuestra organización, ya que trabajamos con presos comunes, podemos decir que es evidente que hay una persecución a políticos y diputados para hacerlos presos. Está el caso de Gilber Caro, que ya es la tercera vez que lo ponen preso. Está el caso de Renzo Prieto, pareciera que se está formando un patrón allí de persecución política a los dirigentes políticos.
-¿Cuándo se determina que se formó un patrón?
-Cuando hay acciones determinadas y constantes hacia un mismo objetivo que se mantienen en el tiempo. Podríamos estar avanzando hacia eso. Primero Leopoldo López, Antonio Ledezma, los alcaldes (Daniel Ceballos) que metieron presos.
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