Chacumbele contra la Vinotinto, por Simón Boccanegra
La mentira tiene patas cortas. Chacumbele y los loros que lo acompañan han venido diciendo, desde hace años, que Venezuela se convertiría en una potencia deportiva. Los resultados de los Panamericanos celebrados hace pocos días en México ya averiaron esa promesa gubernamental.
También, recientemente, desde el gobierno de Esteban hubo quienes pretendieron apropiarse de los avances de la selección de fútbol. La realidad volvió a colocar las cosas en su sitio. El pasado miércoles el entrenador César Faria dijo que «El Pachencho’ no está apto para el fútbol moderno», quejándose de las carencias con las que tuvo que lidiar el equipo en sus días de preparación en el estadio de Maracaibo.
Recordó que en dicha instalación se jugó la final de la Copa América, apenas cuatro años atrás, pero la falta de mantenimiento afectó sus planes. Hizo una gambeta para no echarle la culpa a nadie, pero es bueno recordar que ese estadio estaba en manos de la Alcaldía de Maracaibo, mientras su titular era el chavista Giancarlo Di Martino.
Cuando fue derrotado por Manuel Rosales, en 2008, Chacumbele decidió arrebatarle ese espacio deportivo, por lo que el responsable ahora del mantenimiento es la administración dirigida por Esteban. Como si lo anterior no fuera suficiente, el seleccionador indicó que tenían pensado viajar desde Barranquilla hasta San Cristóbal, apenas terminaran de jugar contra Colombia hoy, pero el plan no podría llevarse a cabo porque el aeropuerto de Santo Domingo no cuenta con balizaje y no pueden aterrizar aviones en la noche.
Ese aeropuerto le fue arrebatado a la gobernación de Pérez Vivas. Para remate, Farías denunció que el estadio de la capital tachirense tampoco está en las mejores condiciones. Lo maneja el poder central. Definitivamente, Chacumbele y sus muchachos no arriman nada al mingo de la vinotinto.