Chavismo busca lavarse la cara ante el Caribe revisando políticas contra el lavado de dinero
El líder de la misión evaluadora del Gafic Héctor Sevilla explicó que mantendrá más reuniones con organismos del sector público y privado involucrados en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo
La llegada a Venezuela del Grupo de Acción Financiera del Caribe (Gafic) se presenta como una oportunidad para que el gobierno de Nicolás Maduro se ponga en cintura aplicando políticas de prevención en materia de legitimación de capitales y financiamiento al terrorismo.
Representantes del grupo, que arribó al país el pasado lunes 17 de enero, ha sostenido reuniones con diversos funcionarios y entes gubernamentales. El acto de bienvenida estuvo presidido por el Ministro de Relaciones Exteriores, Félix Plasencia; y el Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Remigio Ceballos.
Ambos funcionarios del chavismo aseguraron que el encuentro con el Gafic demuestra la compromiso de Venezuela en hacer al país cada vez más fuerte en la lucha contra la delincuencia organizada y el lavado de dinero, como indicó Plasencia en su cuenta de Twitter.
Gafic está integrado, además de Venezuela, por Antigua y Barbuda, Anguila, Aruba, Bahamas, Barbados, Belice, Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Curazao, Dominica, Granada, Guyana, República de Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Martín, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Islas Turcos y Caicos, Trinidad y Tobago.
La relación del gobierno de Hugo Chávez con las islas del Caribe consistió en ganarse el apoyo de estos gobiernos en los espacios panamericanos, especialmente en la Organización de Estados Americanos (OEA), con las dádivas en el marco de Petrocaribe, mediante un suministro abundante y barato de crudo.
En diciembre pasado, durante su discurso en la XX Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), que se realizó en Cuba, Nicolás Maduro habló de desarrollar «un plan integral de desarrollo económico, comercial y financiero» de esta alianza que la componen en buena parte los mismos del Gafic.
Reunión con Sudeban
Más adelante, la misión evaluadora sostuvo una reunión con la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), que tenía como intención evaluar las políticas que aplica el sistema bancario para evitar la legitimación de capitales y el financiamiento tanto al terrorismo como a la proliferación de armas de destrucción masiva.
De acuerdo con la Sudeban, la institución fortalece sus relaciones de cooperación, integración y solidaridad con los pueblos del Caribe, acatando las 40 recomendaciones del Recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) propuestas para garantizar un sistema bancario «transparente y al servicio del pueblo».
Por su parte, el líder de la misión evaluadora del Gafic, Héctor Sevilla, explicó que mantendrá más reuniones con organismos del sector público y privado involucrados en la lucha contra el lavado de activos y el financiamiento al terrorismo. Revisarán el sistema venezolano y los mecanismos que aplican para supervisar este tipo de actividades.
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Lavado de cara
Aunque el discurso oficial apunte al compromiso del Estado con los organismos internacionales para mantener la transparencia de las actividades financieras del país, el gobierno chavista es señalado por otros Estados como responsable de promover ilícitos financieros.
Los antecedentes ni siquiera son recientes. Ya en 2005 se ponían lupas sobre el accionar del gobierno chavista y sus políticas para evitar el crimen organizado y el narcotráfico, así como el lavado de dinero.
Fue en 2005 cuando el expresidente Hugo Chávez decidió expulsar a la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Venezuela, poco después de que los agentes del organismo encontraran depósitos de drogas pertenecientes al narcotraficante Walid Makled. El caso fue cerrado por la expulsión del ente estadounidense y no fue sino hasta 2008 que las autoridades venezolanas intentaron capturarlo.
Desde ese entonces, no han sido pocas las ocasiones en las que el chavismo ha sido investigado por presuntas relaciones con actividades de narcotráfico en la región y conexiones con grupos guerrilleros y paramilitares colombianos.
Actualmente dos fichas cercanas a la cúpula del chavismo están detenidos en el extranjero con acusaciones de este tipo, cuyas confesiones podrían comprometer aún más al chavismo.
Por una parte, Hugo «el Pollo» Carvajal, acusado de ayudar a traficar droga de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde Venezuela, se encuentra detenido en España a la espera de que proceda una solicitud de extradición de Estados Unidos.
En el otro banquillo de los acusados se encuentra Alex Saab, empresario colombiano señalado de ser testaferro de Nicolás Maduro y ayudarlo a lavar dinero extraído por negocios sucios en Venezuela.
El mismo Nicolás Maduro es solicitado en suelo estadounidense después de que fuese acusado en tribunales de promover el narcoterrorismo y conspirar para importar cocaína a Estados Unidos. Otros funcionarios de su administración también son apuntados por el sistema de justicia estadounidense.
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