Choque de Foros, por Felix Arellano
Autor: Felix Arellano | [email protected]
Este año se reedita una vez más el debate entre los Foros Mundiales. Desde hace varios años en el mes de enero y en las heladas montañas de Davos en Suiza, se celebra el Foro Económico Mundial, en esta oportunidad delibera desde hoy martes 23 hasta el 26. Por otra parte, el Foro Social, que con el auspicio del Partido de los Trabajadores de Brasil inició actividades en San Pablo Brasil en el 2001, este año se efectuará en la ciudad brasileña de Bahía del 13 al 17 de marzo.
Dos iniciativas interesantes y creativas. Que buscaban profundizar en la dinámica de la globalización, para enfrentar sus debilidades y asumir una actitud proactiva en la construcción de una gobernabilidad equitativa a escala mundial; ahora bien, los resultados no han sido tan promisorios y, en particular, el Foro Social pareciera que se ha paralizado en su discurso inicial.
El Foro de Davos, iniciativa de Klaus Schwab arrancó en 1971, en principio concentrado en temas europeos; luego, en 1987, fue transformado en Foro Económico Mundial y, desde 1991, celebra las grandes asambleas globales en Davos. Cabe destacar que con el tiempo ha crecido su sensibilidad por los problemas sociales, ecológicos y éticos del mundo y la construcción de una gobernabilidad mundial más participativa y sensible ante la discriminación y la exclusión. Una gobernabilidad eficiente, fundamentada en su fortaleza social. En este contexto, en los últimos años un tema recurrente ha sido la IV Revolución Industrial, el papel del desarrollo tecnológico en la economía y en la vida cotidiana; su regulación y sus implicaciones sociales, ecológicas y éticas.
Parte del éxito del Foro de Davos tiene que ver con su capacidad de autocrítica, su disposición a identificar y corregir errores y su aspiración de incluir nuevos temas y actores. Para este año, el tema central ha sido definido como: “creación de un futuro compartido, en un mundo fracturado”. El Foro reconoce que la polarización, con sus graves consecuencias sociales, está creciendo en el planeta y exige de una exhaustiva atención, para conocer la magnitud y naturaleza del problema y promover soluciones efectivas.
Pero no podemos desconocer el significativo rechazo que genera el Foro de Davos. Para los radicales, como el proceso bolivariano, en su rigidez y anacronismo, repiten el discurso antisistema y la satanización del libre comercio. Ahora bien, es evidente, que no obstante los esfuerzos por ampliar y democratizar la participación en el Foro de Davos, se mantiene una asistencia de grupos política y económicamente privilegiados; algunos lo califican como: “la reunión de gatos gordos en la nieve”; empero, conviene destacar que, en gran medida, los documentos y debates se han abierto al mundo gracias a la tecnología de la información.
Si el Foro de Davos puede ser cuestionado por selectivo, la crisis del Foro Social pareciera más grave pues, en gran medida, se ha paralizado y radicalizado en el tiempo, repitiendo un discurso crítico, interesante para el 2001, repetitivo y obsoleto en nuestros días y sin mayores propuestas de cambio;
sin capacidad autocrítica y concentrado en la promoción de liderazgos personalistas que, en la práctica, han resultado experiencias autoritarias cargadas de una colosal corrupción. Su parálisis y obsolescencia es tan marcada que su discurso se tiende a reducir a violencia y exclusión.
En efecto, para este año el tema central del Foro Social se concentra en: “resistir es crear”; un lenguaje de violencia, que promueve violencia sin mayores propuestas creativas que permitan generar bienestar social y sin ningún espíritu autocrítico, que le permita reconocer los graves errores de sus gobiernos aliados, como por ejemplo, el proceso bolivariano, uno de sus principales financistas, que, en su obsesión por perpetuarse en el poder, ha destruido la economía, empobrecido a la sociedad para controlarla y está violentado los derechos humanos fundamentales.
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