Cindy Sheehan, por Simón Boccanegra

La tragedia de Nueva Orleans y el torpe desempeño de Bush ante ella han hecho pasar por debajo de la mesa el caso Cindy Sheehan y sus consecuencias. Cindy Sheehan es la madre de un soldado muerto en Irak. Hace unos días se instaló ante el rancho de Bush, donde este, como de costumbre, vacacionaba, con la solicitud de que el Presidente la recibiera para pedirle el regreso de las tropas en Irak. Bush, no faltaba más, no la atendió, pero la televisión difundió la imagen de Cindy ante el rancho de mister Bush.
Pues bien, allí comenzó a llegar gente de todo el país, “Madres y Padres Coraje”, gritándole al Presidente que traiga a los muchachos, que se salga de Irak, adonde llevó a su ejército con engaño y donde no sólo están muriendo sus soldados sino donde ha desatado una resistencia feroz, que a falta de misiles electrónicos utiliza los humanos. Cindy, con su gesto, ha desatado un movimiento pacifista, que ya reúne una caravana de 50 autobuses que persigue a Bush donde quiera que va gritandole “stop the war”, “bring back the boys”. De Estados Unidos viene el terror, pero también es de ese país de donde viene la esperanza. Sólo allí, afincada en su profunda tradición de república democrática y civilista puede verse a una solitaria madre que ruega por su hijo, despertando la formidable fuerza popular de una nación que más de una vez ha logrado vencer en las calles a su imperial establishment guerrerista.