Clodo desenvaina la espada, por Simón Boccanegra

Este minicronista se pregunta si Clodosbaldo Russián, cuando se mira al espejo, es capaz de sostener su propia mirada. Si todavía tiene algún mínimo sentido de vergüenza. Este tipo, que se ha hecho el loco ante toneladas de casos de corrupción, que ha visto centenares de órdenes de pago por obras no construidas, que no ignora las proporciones escandalosas que ha asumido la corrupción administrativa, que cuando investigó el Plan Bolívar, después que mató el tigre se chorreó ante el cuero y dejó la cosa así, sin jamás producir su “segundo informe” ; este grotesco personaje de la farándula oficialista, encontró, por fin, un “corrupto” a quien sancionar.Ayer anunció, triunfal, que había cazado a Leopoldo López, alcalde de Chacao, en un delito administrativo. No conozco los pormenores del caso pero me produce suspicacia, dado el prontuario de Russián, que el único corrupto que haya encontrado sea un alcalde de la oposición. ¡Qué casualidad! Y qué casualidad también que lo haya inhabilitado políticamente a partir del 2008, cuando el joven López, obviamente, podría aspirar a otra posición pública. Bueno, pero la verdad es que después de la sentencia sobre las morochas, en el circo oficialista hasta las gallinas comienzan a cantar como gallos.