Comenzó el bochinche para el 2024, por Beltrán Vallejo
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Como pregunta Luis Vicente León: «¿Esto sorprende?» Claro que no sorprende; lo que da es asco. Nos referimos a la renuncia de los tres rectores principales y suplentes del CNE que, por vía de un oficio dirigido a la Asamblea Nacional del régimen, pusieron sus cargos a la orden. Eso por supuesto movió el juego político ante esta maniobra de la pandilla gobernante que evidencia un poder que es propio de una autocracia electoral. Y esto es la primera morisqueta en víspera del 2024, el año cuando supuestamente se va a realizar una elección presidencial.
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Definitivamente, Maduro, Jorge Rodríguez, Diosdado y demás quizás estén raspaos en el manejo económico de este país, quizás su propia corrupción hasta los ahoga a ellos mismos, pero en lo que sí son buenos es en estos movimientos soterrados, sin escrúpulos y maquiavélicos para seguir embochinchando a lo que queda del sector opositor, porque esto fue un golpe al inestable escenario de las primarias opositoras donde el ente organizador, la Comisión Nacional de Primarias, se decantaba y tomaba posición en realizar ese proceso eleccionario con el apoyo técnico de ese CNE, en momentos en que también los sacerdoticos del voto manual rugían en contra de la participación de ese organismo comicial.
Pues bien, claro que ya tempranero y con contundencia el régimen realiza un acto para profundizar la desconfianza en el electorado, sobre todo opositor; y en ese sentido, tal renuncia es un hecho complejo y crítico en función de aumentar la abstención, sustituyendo ese CNE, que dicho sea de paso, no le fue tan sumiso a los tiranos con lo que pasó en Barinas al no proclamar de inmediato al candidato chavo madurista, generando la realización de otros mecanismos que más bien fortalecieron la voluntad de cambio de los barineses, alimentada por la trampa y la anulación de la victoria de Superlano, y que al final eso terminó con la multiplicación de votos para la opción de los demócratas en esa entidad llanera, sufriendo así el chavomadurismo una pela humillante.
¿Por qué ya el régimen está trabajando tan temprano para hacer lo que hicieron en el 2018 donde un Nicolás Maduro quedó electo en unas elecciones corruptas, ilegales, ilegitimas, con todo un conjunto de violaciones a la ley y de aberraciones que generaron que un occidente demasiado escandalizado con esos bochinches pseudolectorales, terminara no reconociendo esas elecciones presidenciales, y desde ahí le cayó a la nación una lluvia de sanciones, agudizadas por el mecanismo de máxima presión del loco Donald Trump.? Yo lamento que esas sanciones no le cayeron sólo a Maduro y a sus amiguetes, sino que desde ese año las estamos sufriendo todos los venezolanos.
Pero vean eso, ya Maduro comienza a ensuciar esas elecciones sin importarle que vendrán más rabietas de los gringos y de la Unión Europea, y que pudiera generar en otro desconocimiento de esas elecciones presidenciales del 2024, y a la postre en la renovación de otro ciclo de problemas, de sanciones y de aislamiento para este pobre país usado como escudo por una banda entronizada en el poder. ¿Vamos en camino de repetir la mamarrachada de la elección presidencial del 2018?
¿Qué va a hacer el liderazgo opositor ante el comienzo de la tramoya del régimen para ensuciar las elecciones del 2024? Caramba, yo no sé porque todos los candidatos de esas primarias andan en una de narcisismo, de sectarismo y además adictos a una campaña convencional en función de ser los representantes de manadas políticos, no de presentarse como liderazgos unificadores, con visión estratégica, con carisma para mover la voluntad nacional en función de una lucha cotidiana contra el régimen. Yo lo que veo son microcampañas de peleles, me perdonan algunos compañeros de lucha que se encuentran atrincherados en esos escenarios tan miopes y cortoplacistas.
Todo esto pasa y seguirá pasando porque no hay una calle en combate cívico y masivo contra el Régimen, y he ahí a los hermanos trabajadores de Sidor sufriendo solos los embates represivos de la tiranía, porque hasta las luchas del magisterio se volvieron a enfriar a punta de bonos y cesta ticket, y por la cobardía sindicalera y meramente reivindicacionista de sus dirigentes.
Comenzó la oscurana para algunos, y la hora loca para otros, del 2024.
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