¿Qué pasará en el Poder Electoral ahora que Maduro dinamitó el CNE?
La disolución del actual Consejo Nacional Electoral (CNE) justo antes de que hubiese alguna respuesta sobre la asistencia técnica a las primarias opositoras abre la puerta a distintos escenarios sobre la conformación de una nueva directiva de la autoridad electoral, una que implica desalojar a los rectores que no renunciaron y atender las expectativas de «la otra oposición». El Poder Electoral había quedado «medio paralizado» y acumulando pendientes
Nicolás Maduro ha decidido dinamitar el Consejo Nacional Electoral (CNE) justo antes de que se anunciara si el organismo brindaría asistencia técnica a las primarias presidenciales de la oposición. Pedro Calzadilla y el resto de los rectores principales y suplentes oficialistas del Poder Electoral confirmaron que pusieron sus «cargos a la orden» aunque no explicaron razones. Probablemente nunca las digan públicamente.
Según Calzadilla, se mantendrán ocupando los cargos (con una crisis institucional basta) hasta que la Asamblea Nacional de mayoría oficialista, que controla también el partido de gobierno, escoja nuevas autoridades. Fue una declaración sin preguntas y que solo sirvió para confirmar lo que se había conocido la noche anterior, cuando se divulgó la agenda parlamentaria de hoy, que incluía la aceptación de la «renuncia»de los funcionarios.
La bancada del PSUV en la AN-2020 anunció este jueves que era necesario nombrar a «todos los rectores» del organismo electoral, pues se ha producido una «falta absoluta» en el directorio. El planteamiento estuvo a cargo de Francisco Ameliach, un directivo del partido que se ha dicho es cercano a la línea de Diosdado Cabello.
Jorge Rodríguez siempre habló también de todos los rectores. Así que no hay razones para pensar que los cargos que detentan Picón y Enríquez se mantendrán intactos.
Al cierre de esta nota, Roberto Picón y Enrique Márquez no se habían pronunciado al respecto. Un silencio que puede deberse a varias razones, incluyendo la discreción de una posible negociación. Todos los rectores tienen la oportunidad de volver a presentar sus nombres para ser ratificados.
Por otra parte, si no quieren renunciar o poner sus cargos a la orden para optar a ser ratificados, ¿serán presionados bajo la posibilidad de acusarlos de usurpación de funciones públicas, que está configurado como un delito con pena de entre uno a tres años de prisión?
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La ficha necesaria del PSUV
¿Cuáles rectores de los renunciantes volverán a plantear sus nombres? La declaración de Pedro Calzadilla incluyó también al rector principal Alexis Corredor y los suplentes Carlos Quintero, Gustavo Vizcaíno, Saúl Bernal, Rafael Chacón, Francisco Garcés y Leonel Parica, que debió asumir la silla de Tania D’Amelio cuando la exmilitante del PSUV salió del CNE tras ser nombrada como magistrada del Tribunal Supremo de Justicia, y no lo hizo.
En principio se espera que Carlos Quintero vuelva a postularse, a pesar de haber renunciado a los dos años a un cargo de siete años para el que fue designado. No sería la primera vez. El funcionario, teniente coronel del Ejército retirado, lleva 14 años en las entrañas del organismo electoral. Ha sido director del Registro Electoral (en tiempos en que Jorge Rodríguez presidía el CNE, es la oficina que «arma» el padrón electoral), director de Informática (por tanto con incidencia en el sistema de totalización), dos veces miembro de la Junta Nacional Electoral (que define la logística electoral) y rector suplente cuando estaba Sandra Oblitas. Esta vez lo era de Alexis Corredor. ¿Será finalmente nombrado como rector principal?
Una cosa sí es cierta. El chavismo lo necesita dentro del Poder Electoral. Quintero es quizá la persona que mejor sabe cómo se maneja una elección en Venezuela y el funcionamiento del Consejo Nacional Electoral. Además, sería una pieza clave en la relación de la institución con la empresa Ex-Clé, la proveedora informática que sustituyó a Smartmatic.
Por otra parte, desde el propio chavismo se menciona como aspirante a presidir el organismo comicial al propio Francisco Ameliach. También lo han asomado el exministro Andrés Izarra (alejado del madurismo) y el periodista Vladimir Villegas.
«Ameliach es especialista en crear megacentros electorales en circunscripciones opositoras para desetimular el voto, retrasar el flujo de votantes, ajustar la arquitectura geo-electoral en beneficio de su facción y otras mañas variadas», escribió Izarra en Twitter.
Según Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el PSUV necesita que en el CNE haya figuras más «espantavotos» que Pedro Calzadilla.
Es innegable que el cargo más importante a definir será el de presidente de la Junta Nacional Electoral, que estaba en manos de Taniua D’Amelio y quedó acéfala cuando se fue al TSJ. Esa instancia maneja todo lo relativo a las elecciones, como la propuesta de circunscripciones electorales, la definición del número de centros y mesas electorales, la selección y formación de miembros de mesa, la selección de integrantes de juntas regionales y municipales, y la totalización, adjudicación y proclamación de candidatos vencedores.
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El «equilibrio» de fuerzas en el CNE
La necesidad de tener cinco rectores electorales siempre ha dejado al gobierno con la posibilidad de incluir, cuando se ha mostrado más «abierto» a dos independientes en esa directiva. En la más reciente fueron Enrique Márquez, de larga tradición opositora y exdiputado por Un Nuevo Tiempo, y Roberto Picón, que no ha tenido militancia partidista. Fue sí asesor electoral de Mesa de la Unidad Democrática para los comicios de 2015 que ganó la oposición, participó en el comando de campaña de Henrique Capriles en 2012 y entre 2005 y 2010 fue director de la ONG Ojo Electoral que evaluaba la transparencia de procesos electorales en el país. Fue preso político.
En todos los sectores políticos se han visto a los dos funcionarios como «los opositores dentro del CNE», con coincidencias con la Plataforma Unitaria. Pero los partidos de la Alianza Democrática quieren tener su propio rector. El argumento es que «no hay una sola oposición».
Cuando Picón y Márquez fueron seleccionados por la AN-2020 de la que participan en minoría hubo inconformidades, pues fueron percibidos como representantes de «la otra oposición». Pero esa oposición «tradicional» es la que negociaba con el chavismo en México, frente a Noruega, y lo sigue haciendo.
Atrás había quedado la influencia de «la mesita», que agrupaba a esas toldas disidentes de las corrientes mayoritarias opositoras. Esa instancia había acordado con el oficialismo el nombramiento del CNE que operó en 2020 y organizó los comicios donde la Alianza Democrática resultó con una veintena de diputados.
En aquella oportunidad, un directivo de Avanzada Progresista asumió como rector principal, nombrado por el TSJ: Leonardo Morales. Sustituyó a Rafael Simón Jiménez, que renunció después de admitir a TalCual que las decisiones del Poder Electoral ya venían «precocidas» desde «la mesita» y los rectores solo ejecutaban.
El otro rector «opositor» nombrado por el TSJ luego de las negociaciones de «la mesita» fue José Luis Gutiérrez, quien había sido director de la oficina de partidos políticos del CNE en años anteriores. Es hermano de Bernabé Gutiérrez, a quien el Poder Judicial entregó el control de la tarjeta de Acción Democrática, y ahora se desempeña como magistrado del Máximo Tribunal.
Ahora en 2023, la Alianza Democrática quiere volver a tener un rector. Aspiran, como se asume impulsará el gobierno, una fórmula 3-1-1 en el CNE: tres rectores del chavismo, uno para esos partidos opositores y otro para la Plataforma Unitaria.
Se verá si el oficialismo permite que un técnico como Roberto Picón, que conoce a fondo el sistema electoral, repita en el cargo o se opta por negociar nombramientos más políticos. Habrá que estar pendiente también no solo de los nombres y las filiaciones, sino también de la conformación de la Junta Nacional Electoral que es el corazón de una elección, donde se decide realmente cómo se organizan y operan unos comicios, más allá del trabajo administrativo del organismo en términos generales.
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Sobre el Comité de Postulaciones Electorales
El jueves 15 de junio, la AN-2020 aprobó la designación de la Comisión Preliminar para conformar un Comité de Postulaciones Electorales, que será el encargado de elegir los nombres de los nuevos rectores que deberán ser designados por ese parlamento.
Los diputados con esa tarea preliminar son los oficialistas Giuseppe Alessandrello, Cilia Flores, Desiree Santos Amaral, Nosliw Rodríguez, José Villarroel, Ricardo Sánchez, Didalco Bolívar y Gloria Castillo, acompañados de José Gregorio Correa (AD-Bernabé), Luis Augusto Romero (Avanzada Progresista y Miguel Salazar (Copei).
El abogado Román Duque Corredor, miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, argumenta que un nuevo Comité de Postulaciones carecería de legitimidad de origen. «Legalmente no existe ausencia absoluta de rectores de CNE, sino de tres de los cinco», por lo que no procede convocar a un nuevo Comité sino seleccionar quiénes deben ocupar los cargos pendientes de la lista de elegibles de la anterior designación hecha en 2021. «El Comité de Postulaciones Electorales solo es legítimo en caso de ausencia absoluta de todos los rectores y no alguno de ellos», explica.
Pero dentro del parlamento nadie sacó tal tema a colación. Queda pendiente saber si algún sector de la sociedad llevará el asunto al Tribunal Supremo de Justicia, donde el récord indica que las decisiones suelen favorecen los intereses del poder gobernante.
¿Cuánto tarda nombrar un nuevo CNE?
En cualquier caso, la designación de un nuevo CNE completo como lo ha asomado la AN-2020 toma más de tres meses.
El diputado José Gregorio Correa informó que la comisión preliminar será juramentada la semana del 19 de junio. Luego deberá ocurrir la selección de integrantes del Comité de Postulaciones, su instalación y juramentación, para que finalmente ocurra la postulación y evaluación de candidatos a rectores que serán seleccionados para que el parlamento designe.
La experiencia más reciente fue la ocurrida en el primer cuatrimestre de 2021. En aquel año, la comisión preliminar se instaló el 20 de enero, y la juramentación del Comité de Postulaciones Electorales ocurrió el 9 de febrero. Finalmente los nuevos rectores fueron designados el 5 de mayo. En total fueron 105 días.
De tomarse ese tiempo en 2023, la designación de nuevos rectores podría ocurrir a comienzos del mes de octubre.
Los pendientes del CNE
Ya el Consejo Nacional Electoral se mostraba «medio paralizado» antes de la renuncia de los rectores principales y suplentes del oficialismo, luego de la partida de D’Amelio que cumplió un año sin que un suplente asumiera la vacante. El Observatorio Electoral Venezolano había denunciado hace varias semanas que actividades necesarias para las elecciones (presidenciales 2024 y parlamentarias 2025), como la actualización del Registro Electoral, mostraban importantes retrasos.
De igual forma, está pendiente su participación en la organización de procesos de renovación en gremios y sindicatos, que también requieren respuesta, así como las demoradas nuevas elecciones en municipios que se han quedado sin alcalde electo, algo que ha recordado incluso el rector y vicepresidente del CNE, Enrique Márquez, en mayo de 2023.
Según cálculos de varias organizaciones dedicadas al tema electoral, se estima que al menos 2.500.000 personas dentro del país necesitan actualizar sus datos por migración interna. La ONG Voto Joven calcula que al menos tres millones de votantes potenciales no están inscritos en el Registro Electoral por distintas razones, como una campaña deficiente por parte del CNE, la falta de puntos móviles y las dificultades para acceder al proceso en las Oficinas Regionales Electorales (ORE). También existen otros 4,5 millones de votantes en el exterior que cumplen con los requisitos para participar en elecciones.
Tania D’Amelio formaba parte de la Comisión de Registro Civil y Electoral, y desde que se fue al TSJ el cargo no fue ocupado por ningún suplente. En mayo, la organización Súmate advertía que el CNE podría dejar sin poder votar a cuatro de cada 10 venezolanos en 2024.
En noviembre de 2022, Enrique Márquez informaba que había introducido ante el directorio del Poder Electoral una propuesta de reglamento para el voto en el exterior. Nunca fue trabajada.
Por otra parte, el organismo comicial tampoco renovó a los integrantes de los Organismos Electorales Subalternos, y se venció el periodo legal para hacerlo (primer trimestre del año, como dicta la Ley Orgánica de Procesos Electorales).
De igual forma, al menos cinco municipios del país tienen una falta absoluta de su alcalde o alcaldesa electo -por destitución, detención o fallecimiento-, por lo que debería activarse el procedimiento dictado en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y en la Constitución nacional, y convocar a una nueva elección, visto que no ha transcurrido la mitad del periodo. Los municipios están ubicados en Zulia, Aragua y Anzoátegui.
En casi todos los casos, los cargos están siendo ocupados por militantes del PSUV, independientemente de que el sustituido haya pertenecido a otro partido. La excepción es El Tigre, donde una integrante de la Alianza Democrática asumió el cargo que le fue despojado a Ernesto Paraqueima.
Por otra parte, el 13 de mayo de 2022 el CNE decidió que federaciones, sindicatos y asociaciones ya podían elegir nuevas autoridades. Pero luego no ha trabajado para concretarlas. Hasta ahora, la Universidad Central de Venezuela, el Colegio de Médicos del estado Bolívar y el Colegio de Abogados del estado Carabobo, así como la Asociación de Profesores Universitarios y la Federación Venezolana de Maestros, han resuelto sus propias elecciones para renovar autoridades, tras años paralizadas por decisiones del Tribunal Supremo de Justicia.
Otros gremios siguen esperando que el Poder Electoral los acompañe, como manda la ley.