Comiendo en Cabo Verde, por Miro Popić
¿Conocen ustedes la cachupa? Por favor, no confundir con la cachapa. Hablo de ca-chu-pa, el plato más famoso de la cocina de las islas de Cabo Verde, ex colonia portuguesa que hoy se ha puesto de moda debido al repentino interés que el régimen ha puesto en su sistema democrático y jurídico. Es decir, sería el equivalente a nuestro pabellón.
Se trata de un guiso compuesto de múltiples ingredientes donde convergen las diversas culturas alimentarias que se asentaron en ese archipiélago desde que fue ocupado por navegantes portugueses que se dedicaban al comercio de esclavos en el siglo XV. Está compuesto por dos tipos de maíz mezclados con cuatro variedades de frijoles o alubias, como los llaman ellos, cocinados con proteína animal proveniente de cerdo en forma de chorizo, vacuno, caprino, pollo o pescado, dependiendo lo que se consiga en el mercado, acompañado con yuca, ñame, batata y hojas de col o repollo.
Las que llevan mayor cantidad de ingredientes la llaman cachupa rica y la que tiene menos cachupa pobre. La que sirven al día siguiente recalentada, pasa a ser cachupa frita o refogada. Hay una versión a la que le agregan huevo frito (ku ovo strelado). La más sabrosa es la que lleva linguiça, una salchicha especial propia de esas islas. Algunos la comparan con la feijoada brasileña, con el agregado del maíz.
*Lea también: Miranda en la Carraca, por Laureano Márquez
Como ven, tiene su inspiración en el cocido ibérico adaptado a la despensa africana donde, además, se incluye el aporte americano. Es un plato denso que constituye en sí una comida completa que se consume desde el desayuno hasta la cena. Otro plato curioso es el pastel com diablo dentro, hecho con atún, cebollas y tomates. Entre los postres más famoso está el doce de la papaya, es decir, el dulce de lechosa igualito al nuestro.
Por lo que mis fuentes me informan, el barranquillero Alex Saab Morán, detenido en Cabo Verde el 12 de junio pasado y, hasta la redacción de esta nota, a punto de ser deportado a Estados Unidos, no ha probado la cachupa caboverdiana. Los abogados argumentaron en su defensa y demanda de libertad que el pobre “ha perdido mucho peso”, que lo ven muy flaco y que él no se merece eso ya que es una persona de muuuuuuuucho dinero. Yo no entiendo por qué a un especialista en guisos como Saab no le gusta el guiso de la cachupa. Ni ningún otro. En rigor, tiene temor a ser envenado, no por sus enemigos sino por sus propios aliados que lo prefieren mudo. Remember Nexflix y Jeffrey Epstein.
¿Cuánto peso habrán perdido los millones de compatriotas que se medio alimentan con eso que llaman cajas CLAP que han representado millones y millones de dólares de ganancias al poooooooobre flaco Saab?
Confieso que nunca he estado en Cabo Verde, pero desde que escuché a Cesaria Evora me cayó bien y ahora mucho más todavía con este regalito que nos han dado. En cualquier momento voy a preparar una cachupa solidaria y revolucionaria acompañada con su correspondiente dolce de la papaya. Mantenemos la esperanza de que Cabo Verde siga siendo verde, no maduro.