Comprometidos… y siempre productivos, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
En 2017, Ryan Fuller and Nina Shikaloff publicaron un artículo en Harvard Bussines Review titulado «Being Engaged at Work Is Not the Same as Being Productive», en el que aseguraban que «el santo grial del lugar de trabajo actual es el alto compromiso de los empleados» y citaron una investigación de Gallup que revelaba que alrededor de un tercio de los empleados estadounidenses estaban, al menos para ese momento, comprometidos con el trabajo. «Ese número se reduce al 13% en todo el mundo y se ha mantenido estable durante años», aseveraron.
Sin embargo, también dejaron claro que el compromiso suele ser un término ambiguo y podría representar satisfacción laboral, inversión emocional o defensa de la empresa. «Si bien muchos estudios sugieren que una mayor participación de los empleados conduce a mejores resultados comerciales en conjunto, una mirada más profunda a los datos sugiere que esto puede no ser siempre cierto a nivel individual», sostuvieron los autores.
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Advirtieron que un estudio realizado con dos empresas de Fortune 100 mostraba que la correlación entre el compromiso de los empleados y la cantidad de horas trabajadas variaba según la empresa. «Los empleados pueden estar muy comprometidos, pero trabajar relativamente pocas horas, por lo que los gerentes deben invertir en crear una cultura tanto de compromiso como de productividad».
No obstante, el compromiso no debería medirse exclusivamente en términos de horas trabajadas, pero sí es imprescindible que las compañías se aboquen más en la creación de una cultura tanto de compromiso como de productividad.
“Las iniciativas centradas solo en uno u otro podrían tener consecuencias negativas no deseadas. La empresa está en proceso de implementar una serie de iniciativas que intentan equilibrar las cargas de trabajo, lo que creen que ayudará en ambas dimensiones. El tiempo dirá”, señalan también en el artículo.
Y, en efecto, el tiempo lo ha dicho. Un año después, en 2018, el Observatorio de RRHH citó el estudio «La lógica del compromiso: una palanca crítica para cambiar», realizado por la consultora de talento y transformación digital Watch&Act, dado sus hallazgos. Según la investigación, la buena gestión del compromiso en la empresa logra que el rendimiento de los trabajadores se eleve hasta 300% y reduce el absentismo laboral hasta 37%.
Además, agrega el estudio, «el mayor compromiso de los empleados puede disparar la innovación en 250%, algo muy necesario en periodos de cambio tecnológico como el actual. También, las empresas que asumieron programas de mejora del compromiso elevaron las ventas hasta 370%… gracias a la gestión del compromiso, las empresas lograron que la rotación no deseada de empleados en plantilla y los errores en la tarea disminuyeran 65% y 41%”.
Visto esos resultados, entra en la ecuación una variable que es clave para las operaciones de las empresas y es lo que de Watch & Act denomina «gestión de compromiso». Sin embargo, muchas compañías desconocen la importancia de fomentar y gestionar el compromiso y cómo implementarla.
Entonces, ¿cómo se consigue un empleado comprometido? Para Watch & Act, son seis factores que debería tomar en cuenta una empresa: garantizar variedad en las tareas que desempeña el personal para hacer más dinámico y menos monótono el trabajo; que perciba que con su trabajo ayuda a conseguir los objetivos de la compañía; inculcar un espíritu de mejora continua; darle la oportunidad de poner en marcha las capacidades propias; incentivar el trabajo en equipos colaborativos y promover la autonomía.
Pero hay que tomar en cuenta que el anterior planteamiento corresponde a 2018, cuando la pandemia ni siquiera se avizoraba. Aunque esos factores no pierden vigencia, sí deben adecuarse a un contexto completamente diferente y con otras exigencias si se quiere contar con un empleado comprometido, pero también productivo.
Desde hace más de dos años los líderes empresariales y sus equipos están experimentando con nuevas maneras de trabajar, tanto a corto plazo durante la covid-19 como a largo plazo de cara a un mundo pospandémico, donde es la modalidad laboral híbrida –trabajar unos días en la casa y otros en la oficina– la que ha ganado mayor terreno, en vista de que se ha probado que tiene el potencial para potenciar la productividad.
Esto implica mejorar la experiencia del empleado para asegurar mayor compromiso y productividad, y esto se logra aplicando distintos incentivos. Y si bien sigue siendo relevante regirse por el horario de trabajo, es más crucial el cumplimiento de los objetivos, por lo que le conviene a las compañías también escuchar la voz de su personal.
Y la premisa debería ser: comprometidos… y siempre productivos.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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