¿Cuándo iniciará el siglo XXI en Venezuela?, por Ángel Lombardi Boscán
Twitter: @LOMBARDIBOSCAN
Las fechas históricas no coinciden con los tiempos históricos. Hay sociedades en pleno siglo XXI que aún se mantienen en el siglo XX como la venezolana. Otras como algunas africanas y asiáticas, muy pobres y con desarrollo social ínfimo, se han quedado inmovilizadas en el tiempo.
El caso venezolano es paradigmático y asombroso a la vez. Pasamos de ser una sociedad próspera y receptora de inmigrantes luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) a otra arruinada y con su población en fuga. Proceso este iniciado con la llegada al poder del chavismo en el año 1998 y que se profundizó, como rosario de males, entre los años 2012 y 2022.
La evidencia del colapso se traduce en el desmantelamiento institucional de la democracia y la colonización de los distintos poderes públicos de parte de la hegemonía en el poder. Esta crisis «sistémica» nos ha llevado a una especie de callejón sin salida en la hora actual. Tampoco representa una novedad si recurrimos a una mirada histórica de larga duración.
La actual hegemonía pretoriana bebe y se inspira en el caudillismo decimonónico surgido de los escombros de la Independencia (1810-1831). El proyecto republicano fue asumido desde una formalidad platónica tratando de imitar el prestigio institucional de los países líderes de la modernidad en ese momento. La realidad premoderna, con sus expresiones primitivas y campesinas, marcadas por el ojo del huracán de la violencia, contradecían los modales patricios de sucesivas hegemonías (Páez, Monagas, Guzmán Blanco, Castro-Gómez) con apenas luces y méritos en aspirar desarrollar una gestión gubernamental de alto vuelo y con continuidad en el tiempo.
El chavismo-madurismo, con una determinación suicida, decidió demoler la cultura pluralista que empezó a formarse luego del año 1936 con la muerte del tirano Juan Vicente Gómez. Es necesario recordar que en el año 1903 el dictador Cipriano Castro fundó la Academia Militar y que en ese mismo año en la Batalla de Ciudad Bolívar, el vicepresidente Juan Vicente Gómez derrotó al caudillismo montonero y selló el fin de la Independencia. Una Independencia que duró más de 100 años y desestabilizó al país según una interpretación más amplia atribuida al historiador Manuel Caballero.
La Independencia como herida histórica abierta nunca se cerró completamente. El Gloria al Bravo Pueblo quedó como retórica y venda patriótica. La Generación del 28, universitaria y civil, representó junto al descubrimiento de la riqueza petrolera, la vieja aspiración de modernizar a la muy atrasada y militarizada sociedad venezolana. Los gobiernos militares moderados y de apertura política de López Contreras y Medina Angarita entre el lapso 1936 y 1945, representaron los primeros pasos de la asunción a la democracia. Luego vino el trienio adeco de 1945 a 1948 con importantes avances sociales siendo los más importantes el derecho al voto de las mujeres y la elección presidencial a través del voto directo, secreto y universal.
La reacción de Marcos Pérez Jiménez cuando derrocó a Rómulo Gallegos en 1948 volvió a poner al país bajo la bota militar. El 23 de enero de 1958 representó el retorno a la democracia y 40 años de predominio civil. Quizás sea, con todas sus imperfecciones, los mejores 40 años de toda nuestra vida republicana desde que terminó la Independencia.
Esta concatenación de hechos nos lleva a una gran conclusión: el chavismo-madurismo volvió a conectar al país con el período de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, haciendo de la baza militarista el sustento de su hegemonía política.
Esto representa una regresión histórica pasmosa caracterizada por la demolición de las rutinas civiles hoy postergadas. Las prácticas pluralistas fueron sustituidas por la confrontación (Diego Bautista Urbaneja).
Lea también: En política, lo que parece es, por Julio Castillo Sagarzazu
Esto es lo que explica el éxodo más grande del mundo en el presente: 7.1 millones de venezolanos huyendo de la nueva barbarie impuesta en el país. El indiscriminado saqueo nacional y el predominio de una corrupción sin límites ha desmontado la seguridad social de los venezolanos apuntalado por el quiebre inexorable del modelo rentista petrolero.
Mariano Picón Salas hizo popular el axioma de que Venezuela ingresó al siglo XX en el año 1936 con la muerte del gamonal férreo. Nosotros, habitantes del siglo XXI, aún no hemos ingresado al siglo XXI estando en Venezuela, y esto solo será posible cuando hayamos recuperado la democracia bajo el protagonismo de los civiles y la recomposición de la vida social pluralista y tolerante en un sentido político real.
Ángel Rafael Lombardi Boscán es Historiador, Profesor de la Universidad del Zulia. Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ. Premio Nacional de Historia.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo