Cuando las gallinas cantan como gallos

El domingo pasado se pudo ver a Yo-El-Supremo nada menos que como ¡ coach de primera base! en el juego que escenificaron los equipos femeninos de softbol de Cuba y Venezuela en Fuerte Tiuna (que, por cierto, ganaron las nuestras aplicándoles un no hit no run a las antillanas). No nos extrañe que de pronto nuestro estrambótico Presidente aparezca como abanderado de la delegación venezolana a las Olimpíadas de Beijing. Es exactamente la clase de gente que en un entierro quisiera ser el muerto y también el que pronuncia el discurso de ocasión. Le encantaría, además, estar entre los asistentes, hablando (bien, desde luego) del muerto, que sería él mismo. Además, ayer fue su cumpleaños y algunos, pero muy pocos, aprovecharon, publicando avisos de prensa a todo trapo –pero esta vez sólo en Vea–, para echarle su jaladita. Uno de Diosdado y otro, un poema ridiculísimo, del Frente Francisco de Miranda (tan jóvenes sus integrantes, y ya tan aplicados en el arte gimnástico de guindarse) fue todo, amén de que en su página de efemérides, el catire García Ponce, director de Vea, recordando sus buenos tiempos del culto a Stalin, se mandó un cuarto de página celebrando el nacimiento del novísimo padrecito de los pueblos. Se pregunta este minicronista si la notoria caída en la publicación de páginas adulantes no tendrá algo que ver con la percepción ya generalizada entre sus áulicos de que la estrella del comandante comienza a menguar. Que se le hayan alzado en cinco o seis estados y que los partidos aliados estén tan altaneros indica que algo está pasando para que las gallinas estén empezando a cantar como gallos.