De historia e historietas, por Simón Boccanegra

Chacumbele, entre otras habilidades, tiene la de ser un falsificador de la historia. Ingenioso sí, pero balurdo. En su discurso del golpe constitucional soltó varias perlas. Puso en boca de Bolívar algunas frases de su propia cosecha. Según el Primer Historiador, Bolívar habría rubricado con “Libertad o Muerte” su “Manifiesto de Cartagena”. Pero una de las partes más desopilantes –ya que estamos en onda argentina– fue aquella en la cual ascendió a Mariscal de Francia a Francisco de Miranda.
Más aún, inventó una “carta” en la cual el Precursor habría escrito, refiriéndose a sí mismo: “Aquí estoy, como Mariscal de Francia”. No, Chacumbele, Miranda nunca alcanzó ese grado. Le bastaba con ser general y como tal pasó a la historia del país galo.Tampoco habría incurrido Don Francisco en el despropósito de autoascenderse a mariscal.
Esas gracias están reservadas para Yo-El-Supremo, quien recientemente creó una nueva condecoración, la Orden al Mérito militar, y se la adjudicó de inmediato. Se autocondecoró. De la misma manera que se autoascendió al grado militar de Comandante en Jefe de la FAN, más allá de su condición política de tal, en tanto presidente. Dicen que la historia la escriben los vencedores. Pero la reescriben los piratas.