Sader, ¿De vacaciones?; por Simón Boccanegra
Antes de partir para Cuba para someterse a la tercera operación en menos de un año de una «lesión» que sigue sin saberse dónde está, el comandante presidente, líder supremo y demás títulos revolucionarios, informó que la ministra de Salud, coronela Eugenia Sader, iba a ser la vocera oficial que daría los partes médicos parciales, pero partes al fin, sobre la evolución del importante paciente.
La decisión de nombrar a Sader ya de por sí es una irregularidad, porque una persona que integra un gabinete ejecutivo gubernamental se supone que debe dirigir un ente que trabaja para todos los venezolanos. Pero lo peor no es eso, sino que viajó a Cuba pero no ejerció el cargo de vocera, pues quien dio la información sobre el resultado de la intervención quirúrgica que le hicieron al líder del proceso fue el vicepresidente Elías Jaua.
¿Será entonces que Sader está de vacaciones? No negamos el derecho que tiene la coronela para tomarse un descanso, jalar también cansa, pero que sean sinceros. Sin embargo, cuando por fin el pasado domingo le preguntó Esteban por el tratamiento al que será sometido, la ministra comenzó a explicar que la radioterapia se aplicará para «eliminar todas las células en el sitio.
Se focaliza, los equipos son muy modernos hoy en día y van con una pequeña luz en el sitio…», pero no pudo seguir ilustrando a la gente, pues Chacumbele le cortó el micrófono, con su tradicional amabilidad, y la dejó con las ganas de seguir hablando. No aclares que oscureces, pareció decirle con la mirada. Ahora, según Jaua, la operación fue un éxito y el cáncer fue removido, pero Sader dice que hay que eliminar las células presentes en el sitio.
Ni siquiera se pusieron de acuerdo en lo que iban a informar. Después se preguntan los líderes del proceso por qué tienen tan escasa credibilidad.
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