Demasiada burrocracia, por Teodoro Petkoff
Diez años más tarde y con la crisis económica pisándole los talones, el gobierno se percata de que la cobija se le va quedando corta. Que en Pdvsa no podemos seguir gastando como lo hemos venido haciendo, dice Ramírez. Que el Ejecutivo ha resuelto reestructurar el Gabinete para abaratar costos y aumentar la eficiencia, dice Jesse Chacón. Pero la reciente reingeniería light del Gabinete integrado por las mismas caras, pero con nuevos nombres para sus ministerios no será suficiente para reducir en gastos y tamaño el enorme monstruo burocrático en el que la administración chacumbeliana ha convertido al Estado.
A razón de un nuevo ministerio por año, de un nuevo ministerio por cada necesidad económica o social del país, Chacumbele logró la hazaña de duplicar el tamaño del Gabinete, de hacerlo a su imagen y semejanza: en 1999, aquel teniente coronel, enérgico y flaquito, prometió reducir el tamaño del Estado y comenzó a gobernar con 14 ministerios (dos menos que Rafael Caldera); y ya para 2008, el maiziao comandante en jefe de todas las fuerzas del universo y más allá, logró reunir a su alrededor a 28 ministros vestiditos de rojo, y a un número nada despreciable de directores de institutos autónomos. (Nuestro reportero de la fuente económica, Alejandro Hinds, cuenta en las páginas centrales de esta edición cómo se desarrolló este proceso). No fue que el Estado echó músculo, sino que engordó a punta de la comida rápida que fueron los precios del petróleo desde 2004. Nunca antes, desde que cayó Marcos Pérez Jiménez, la administración pública estuvo integrada por tantos organismos.
Ante ese panorama y tomando en cuenta la tendencia estatizante del actual gobierno que transforma empresas productivas en oficinas públicas, la eliminación de dos ministerios y la fusión de otros tantos, anunciada por Jesse el martes, es una pendejada.
¿Acaso los nuevos ministerios, que se solapan unos y otros en sus funciones, hicieron más eficiente al Estado? Pongamos por ejemplo al Minpopo para las Industrias Básicas y la Minería, creado en 2005: ¿Cómo se las ingenió este ministerio, armado de presupuesto propio, guapo y apoyao por el Presidente, para generar en las empresas básicas de Guayana la actual crisis laboral y de producción, sin precedentes desde su fundación? Mire que hay que tener talento para crear un caos semejante. Y los ministerios de Alimentación, y de Agricultura y Tierras, ¿cómo es que no han podido reactivar el aparato productivo, reducir las importaciones a su mínima expresión y resolver los problemas del desabastecimiento y del altísimo costo de los alimentos? Se nota que allí también abunda el talento, puro talento.
Y ahora que a Chacumbele le ha dado por recortar gastos, ¿qué va a hacer con la nómina de más de dos millones de venezolanos que trabajan para la administración pública, según las últimas estadísticas del INE? ¿Los va a despedir? ¿Los pondrá a trabajar unos sobre otros en los ministerios fusionados? Si acaso le provoca hacer una reducción de personal, mejor que empiece por despedir a los burrócratas que sólo han servido para rotarse las sillas del gabinete desde 1999.
Y que se ponga a dieta.