Demolición de Guayana, por Teodoro Petkoff
Hubo una época, no hace tanto, en que visitar Guayana constituía una estimulante y diríase que hasta gozosa experiencia. En cierto modo, y durante un tiempo, Guayana fue la imagen del país que queríamos ser.
Sin embargo, no siempre la realidad se ajustaba a la imagen. Sidor, buque insignia de la industria pesada guayanesa, estatal, era una empresa subproductiva y, paradójicamente, sobrecargada de personal. En las empresas del aluminio, siempre Alcasa daba la nota falsa, esperando eternamente por la Quinta Línea.
Pero, en general, el complejo alumínico de Guayana había hecho de Venezuela el séptimo productor mundial de ese metal, pero el deterioro de las empresas ya era visible hacia finales de los 90 y se planificó su privatización, para seguir el ejemplo de Sidor. Lamentablemente ese proceso no cuajó y ya no hubo tiempo de reformularlo.
Ahí fue cuando llegó el comandante y mando a parar. Lo que andaba bien, lo echó a perder; lo que andaba mal, lo ha colocado al borde del derrumbe.
En 1997, Sidor había sido privatizada. De allí en adelante, la siderúrgica comenzó a echar pa`lante. El chavismo le puso la mano a la empresa a principios de 2008, y un año antes su producción alcanzaba los 4.3 millones de toneladas anuales.
En 2010, cayó a 1.8 millones de toneladas y en 2011 siguió en el foso: 2.4 millones de toneladas. Entre 2009 y 2010 la siderúrgica dejo de producir 11,5 millones de cabillas. Simultáneamente, recomenzó el perverso proceso de meterle gente a la empresa. Total, Sidor ha vuelto a ser la empresa fallida que era hasta la fecha de su privatización.
La fuente de su materia prima, el hierro, producido por Ferrominera, ha seguido, como la cola al perro, la caída de Sidor. Normalmente la empresa minera producía entre 22 y 23 millones de toneladas por año; los últimos tres años la producción estuvo oscilando entre 12 y 13 millones de toneladas. Producidas en 70%, vaya ironía, por dos contratistas privadas, en tanto que era entregada a una empresa china el rol de agente de compras en el exterior para la minera “venezolana”. Pregunta ociosa: ¿Para que existe CVG Internacional?
Bauxilum, la minera de la bauxita, cayó en 2011 a 2.4 millones de toneladas anuales, desde una producción tradicional de unas 6 millones de toneladas. La producción de alúmina descendió de 2 millones de toneladas a 1.2 millones. La producción de aluminio se ha venido en picada. Alcasa, mal que bien y pese a sus dolencias, producía 200 mil toneladas anuales; en 2011 su producción cayó a 60 mil. Venalum descendió en 2011 a 270 mil toneladas anuales contra su nivel normal de 430 mil.
Otras curiosidades del manejo chavista de Guayana son las de estatizar empresas para luego mantenerlas cerradas. La empresa de refractarios Cerámicas Carabobo, que producía para Sidor, fue estatizada y cerrada. Tavsa, la fabrica de tubos sin costura, cuyo cliente principal era Pdvsa, fue estatizada y hoy no está operativa.
Este breve recuento del avance del Plan de Destrucción Nacional en Guayana no incluye lo que pasa en el sector laboral, que denodadamente lucha por salvar las empresas y con ellas sus propios derechos laborales. Esto será objeto de una consideración especial. Pero hay una pregunta que debemos respondernos: ¿Vamos a dejar a Guayana en las mismas manos que la han colocado en estado de coma? Como venezolanos seríamos unos irresponsables.
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