Des-orden público, por Simón Boccanegra
Chávez y Rangel dijeron que es sospechosa la presencia de Globovisión en la plaza Altamira justo cuando se producen los incidentes del martes pasado, insinuando con ello que todo pudo haber sido un montaje. La sede de TalCual queda a una cuadra del sitio y por ello podemos informarles que cuando llegaron los pistoleros asesinos ya la gente tenía allí un largo rato, suficiente como para que fotógrafos y camarógrafos de las agencias noticiosas AP y Reuters (que de ellos son las fotos publicadas por toda la prensa), amén de los de Globovisión, hubieran tenido tiempo de llegar allí en búsqueda de la noticia.
Pero esto significa que también los cuerpos de orden público (incluyendo el de Chacao, por cierto, cuya omisión también merece una explicación) tuvieron tiempo para llegar al sitio y tomar las medidas del caso. ¿Por qué no llegó la GN, por ejemplo, pero sí lo hicieron los pistoleros? Ya fueron detenidos varios de estos pero con ello no termina el problema. El punto es que se ha puesto en práctica una metodología represiva que ha dado protagonismo a bandas parapoliciales, porque lo mismo ocurrió el 27 de febrero pasado. Sólo que esta vez el acto fue tan descarado, tan a cara descubierta, que resultaba muy cuesta arriba no detener a los tipos. El gobierno, y Rangel debe saberlo, está obligado a garantizar a la ciudadanía que los asuntos de orden público son y serán competencia de los cuerpos de seguridad del Estado y no de grupos de matones.
Por otro lado, que no se vaya a salir ahora con esas argucias policiaco-judiciales de que no se puede precisar de qué armas salieron las balas que mataron e hirieron. Una señora murió y ocho personas más fueron heridas a balazos. Esos tipos que aparecen disparando cometieron en conjunto un acto criminal. De qué pistola salió la bala que mató a la señora Maritza Ron es irrelevante.Todos ellos la mataron, todos ellos hirieron a los demás y todos ellos deben pagar.
