Desde la cárcel de El Dorado extorsionan a comerciantes de Santa Elena de Uairén
Al parecer, el trabajo delincuencial inicia en redes sociales y grupos de WhatsApp donde comerciantes y sus empleados compran y venden tanto moneda extranjera como comida y otros artículos
Autor: Glorimar Fernández | El Pitazo
El delito de extorsión comienza a volverse común en la localidad fronteriza de Santa Elena de Uairén, donde comerciantes permanecen en constante zozobra tras la reaparición de hampones que los amenazan vía telefónica.
Los llaman por su nombre completo, mencionándoles la identidad de familiares y allegados, el tipo de carro en el que les hacen transporte escolar a sus hijos; estas son algunas de las tácticas que usan delincuentes para amedrentar a empresarios que hacen vida en la capital del municipio Gran Sabana.
Las denuncias ya han sido hechas ante el Cicpc y la Guardia Nacional así como a la policía indígena, que goza de respeto en esta zona pues se dice que trabajan apegados a su propia ley y le han hecho la guerra hasta a funcionarios corruptos.
Una fuente militar reveló que las investigaciones ya están en curso. Presuntamente se trata de reclusos de la cárcel de El Dorado que actúan en complicidad con gente que está en Santa Elena.
“Normalmente las parejas de los presos de esa cárcel venían hasta aquí para cruzar la frontera, comprar alimentos y medicinas, e ir al penal a venderlos”, dijo la fuente. También indicó que “ese negocio mutó y, en vista de que la bonanza en Venezuela se acabó y no hay a quien extorsionar, se vinieron a meter con los comerciantes que están en el último rincón de Venezuela. Las mandan a ellas a averiguarles la vida”.
El último caso de extorsión ocurrió la semana pasada contra un empresario que envía gandolas de comida brasileña al centro del país. Es uno de los más reconocidos de la zona. Lo llamaron para decirle que matarían a su esposa e hijos de no acordar el pago mensual de una vacuna en dólares.
Al parecer, el trabajo delincuencial inicia en redes sociales y grupos de WhatsApp donde comerciantes y sus empleados compran y venden tanto moneda extranjera como comida y otros artículos. Los delincuentes los contactan en privado y bajo engaño les hacen preguntas que sirven de punto de partida para que sus cómplices actúen.