Dictadura o democracia, por Valentín Castellanos
Mail: [email protected]
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;
con ella no puede igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre.
Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
Miguel De Cervantes Saavedra
Foto: El Ucabista
Cada día tenemos más dudas que certezas sobre el mañana de nuestros sueños libertarios, siempre amenazados por el poder que acusa, miente y ataca sin cesar, blandiendo a diestra y siniestra la Constitución de la República, leída a conveniencia en letras rojas con cinismo, insultante, para oprimir, censurar y perseguir la disidencia, como norma conductual constante de la cúpula gobernante de la revolución bolivariana que, pese que llegó al poder por el voto popular, hoy está reducida a una camarilla cívico militar que con muy escaso apoyo popular ejerce el gobierno dictatorialmente mediante el secuestro de todos los poderes públicos que por la fuerza de las armas de la república pretende permanecer en el poder a perpetuidad en contra de la voluntad de gran mayoría.
Una importante porción de esa mayoría aquí y en el exterior aclamó abrumadoramente el pasado 22 de octubre en las primarias opositoras a María Corina Machado por cuya razón la Comisión Nacional de Primarias la proclamó candidata para las elecciones presidenciales del presente año, ese vigoroso impulso no solo unifica el universo opositor partidista y no partidista sino que también arrastra una parte importante del sector chavista insatisfecho y frustrado para convertirse a la fecha en la candidata que Venezuela entera proclama para producir el cambio político que el país requiere para el renacer de la Democracia, la Libertad y el Estado de Derecho.
Ante este resultado tan exitoso del universo opositor la dictadura reaccionó, criminalizando y judicializando las primarias, en vano, pues ya habían producido maravilloso efecto que nada ni nadie pueden borrar como lo fue la masiva concurrencia de votantes de todos los estratos sociales en las mesas de votación que se instalaron a lo largo y ancho de toda la geografía nacional y en el exterior.
Para contrarrestar y anular la celebración exitosa de esas primarias opositoras, que para el régimen cupular constituyeron una verdadera catástrofe, el dictador Nicolas Maduro asumió liderar una causa nacionalista y convocó a la unión de todos los venezolanos, independientemente de su condición política para la consulta referendaria del 3 de diciembre sobre la Guayana Esequiva, para que el pueblo lo autorizara para ejercer la soberanía sobre esa parte de nuestro territorio del cual fuimos injustamente despojados por el Laudo Arbitral de Paris en 1899, mediante una multimillonaria, dispendiosa, inconveniente, patriotera, y electorera campaña, orientada más a fortalecer su imagen que a la real defensa de la integridad territorial de la nación que no ejerció en los siete años en los cuales se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores del extinto presidente Chávez.
El resultado de dicha consulta referendaria no pudo ser peor para Nicolás Maduro Moros pues una abstención de más del 90% del padrón electoral puso al desnudo su escaso poder de convocatoria y la poca credibilidad que goza.
Derrota tan vergonzosa, que los sumisos y obedientes Rectores del Consejo Nacional Electoral se vieron obligados a delinquir, alterando fraudulentamente cifras de participación que contradicen burdamente lo que fue un hecho notorio, público y comunicacional, la soledad de los centros electorales por ausencia de electores.
Ahora bien, como dictadura es dictadura y ya ha denunciado magnicidios contra Maduro en 2023 en grado de tentativas, inventados y lanzados como potes de humo para enrarecer el clima electoral con fines nada halagüeños, practicando detenciones con imputaciones de falsos delitos formuladas por el obsecuente Fiscal del Régimen ésta en particular que tenemos la desgracia de sufrir, puede revertir lo negociado y acordado sobre la suspensión de la inhabilitación política de la candidata de la nación entera María Corina, propongo en nombre de la democracia, la libertad y el estado de derecho que queremos restituir, que decretemos EL DIA DE NO SALIR, si para el 31 de enero del 2024 no está decidida su habilitación política, como protesta nacional, pacífica y democrática, y al efecto sugiero que ese día sea el Jueves primero de febrero.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo.