Dirigentes comunitarios protestaron por la escasez de agua en Caracas
El representante de Monitor Ciudad, Jesús Vázquez dijo que el acueducto metropolitano atiende a cinco millones de personas; pero alrededor de cautro millones recibe agua de manera intermintente. Dijo que los más afectados por la reciente avería en el sistema Tuy III son los habitantes de la parte alta de La Vega y el 23 de Enero
Dirigentes comunitarios y ciudadanos afectados por la escasez de agua en Caracas protestaron este lunes 19 de diciembre frente a la sede de Hidrocapital, en la avenida Casanova para llevar «un #AguaCero de propuestas para la solución de la crisis», que en algunos sectores tiene más de cinco años.
Jesús Vázquez, gerente de Monitor Ciudad, expresó su preocupación por la desinversión por parte del Estado en materia de agua. «Hoy se requieren 1.500 millones de dólares para lograr mejorar el sistema los próximos tres años. Para el presupuesto 2023 solo están aprobados 260 millones, que son insuficientes, mucho más con la inflación», dijo.
Vázquez explicó que para aliviar la crisis del agua es necesario duplicar esos recursos y el retorno de mano de obra calificada a Hidrocapital, así como optimizar el funcionamiento y suministro en las comunidades.
De la misma manera, el representante de Monitor Ciudad dijo que el acueducto metropolitano atiende a cinco millones de personas; pero alrededor de cautro millones recibe el servicio de manera intermintente. Dijo que los más afectados por la reciente avería en el sistema Tuy III son los habitantes de la parte alta de La Vega y el 23 de Enero.
Katiuska Camargo, habitante de Petare, aseguró que tuvo que modificar su rutina de vida por la escasez del agua en la zona desde hace cinco años. Ella pide que se normalice el servicio y agrega que «el agua no tiene color y es un derecho humano».
«Yo vivo en San Blas y tengo que ir a lavar a casa de mi mamá porque en la mía no llega (el agua). Soy madre, esposa y debo cargar agua y caminar kilómetros para poder hacer mis labores diarias, esto me genera un daño psicológico y físico», sostuvo Camargo.
Igualmente, Katiuska Camargo, representante de Uniendo Voluntades, condenó que en los sectores populares se deban invertir entre tres y cinco dólares cada dos días para surtir botellones de agua para el consumo, arriesgando además la salud por desconocer la procedencia y calidad de esta.
A los habitantes de las comunidades más vulnerables les cuesta más costear camiones cisternas porque el presupuesto familiar cada día está más golpeado y tener que invertir parte de este en comprar agua potable es inviable para la mayoría.
La realidad en los Altos Mirandinos no es distinta. Erika Baloa, habitante de la zona, denuncia que en muchos ancianos y niños son seriamente afectados por no tener acceso al agua y se ven afectados por parásitos y enfermedades de la piel por no contar con agua para mantener las casas y la ropa limpia.
La opción para estos ciudadanos es ir a manantiales y pozos de las partres altas, arriesgándose además a picaduras de serpientes e insectos de la zona.
«Tenemos que caminar largos trayectos arriesgando incluso nuestra salud, a varios vecinos los han mordido animales y serpientes cuando se meten con las pimpinas a buscar agua. No queremos pañitos calientes, queremos solución», detalló.
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