Don Francisco, por Teodoro Petkoff

Al viejo slogan de la Iglesia, “Familia que reza unida, permanece unida”, el señor Francisco Carrasquero, ex presidente del CNE y ahora flamante magistrado del TSJ, le hizo una corrección: “Familia que chupa unida, permanece unida”. Durante la gestión de este señor al frente del CNE fueron incorporados como empleados del organismo numerosos familiares suyos y de su esposa. Dos hermanos, Enrique y Edwin Carrasquero, fueron designados uno al frente de la oficina regional de Lara y el segundo como Director de Personal del CNE. Este último, por supuesto, se encargaba de asegurar que los sobrinos de la señora Carrasquero, los sobrinos del propio Francisco, la hija de éste, los hijos de su asistente, los cuñados de la familia, amigos de la familia y hasta un vecino de ésta en Maracaibo, así como dos hijos de uno de sus guardaespaldas, no tuvieran problema alguno a la hora de coger la chamba y muchísimo menos a la hora de lograr, varios de ellos, ascensos fulminantes, alguno de hasta diez pasos en el escalafón salarial. Pagar y darse el vuelto, pues. (Vale decir que el Estatuto de Personal del CNE establece que el Director de Personal del ente no debe tener vínculos de parentesco con ninguno de sus miembros, “dentro del cuarto grado de consanguinidad o el segundo de afinidad”).
Carrasquero recibió posteriormente la recompensa por servicios prestados: fue designado por el MVR y sus aliados, en la AN, como magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. Puede suponerse que aquellos de su clan familiar a los cuales no tuvo tiempo de enchufar en el CNE estarán muy esperanzados con la perspectiva laboral que les abre la nueva condición de su ilustre pariente como prócer jurídico de la patria. Sin embargo, cabe preguntarse sí estos aspectos del desempeño público de Carrasquero no merecerán una revisión de su designación por parte de la Asamblea Nacional. ¿Es admisible tamaño abuso nepótico? ¿Un magistrado del TSJ puede ser emblema del clientelismo nepótico probablemente más desaforado de la historia nacional? ¿El daño para el fisco nacional que implica la creación de tan elevado número de cargos innecesarios puede quedar sin sanción alguna?
¿La condición de magistrado del TSJ no constituye un agravante para esa conducta bochornosa?
Hay otras preguntas posibles. ¿Fue para esto que Hugo Chávez ha querido gobernar el país? ¿La bandera de moralización administrativa era entonces una trampa cazabobos o es que, ciertamente, este cáncer de la corrupción hace metástasis a una velocidad tal que a los conductores del gobierno no les alcanza el tiempo para frenarlo?
A este gobierno es verdad que se le han pegado una cantidad de oportunistas y aprovechadores pero también lo acompaña mucha gente con un estimable pasado de lucha social y política, que arrostró peligros de cárcel y de muerte y que incluso dejó jirones de vida y familia a lo largo de los años de travesía del desierto, durante los cuales su mayor capital, aparte de la convicción política, lo constituían la honradez y la integridad personal; ¿todos los sacrificios fueron para reproducir las lacras que denunciaron y enfrentaron?
Una última pregunta, más terrenal y concreta, ¿Jorge Rodríguez, presidente del CNE, va a dejar esto así? ¿No tiene nada que decir? ¿La Fiscalía no se siente convocada para intervenir?.