Dudan que reconversión monetaria venga con nueva familia de billetes
Economistas consultados dudan que la reconversión monetaria esté acompañada de la emisión de una nueva familia de billetes y mucho menos de un paquete de medidas económicas. Afirman que lo ideal sería eliminar seis ceros al bolívar, para evitar un proceso similar el próximo año 2022
«¿Otra vez una reconversión? Maduro le debería quitar de una vez los seis ceros al bolívar. Solo espero que esta vez entreguen más billetes, para terminar con este suplicio de andar buscando plata en efectivo», dijo Ana Rosa Valladares, de 51 años, quien se desempeña en labores de limpieza de hogares, al ser consultada sobre la posibilidad de una nueva reconversión monetaria en Venezuela.
Un nuevo proceso de eliminación de ceros a la moneda local parece inminente en la segunda parte del año 2021. Analistas señalan que la actual cantidad de ceros del bolívar se ha vuelto inmanejable para la contabilidad de las empresas y de los bancos, pero también muestra cómo los ingresos de la población venezolana les alcanza cada día menos para comprar los productos básicos de la canasta alimentaria.
Debido a la falta de un programa de estabilización macroeconómica que permita disminuir los desequilibrios de la política fiscal, cambiaria y monetaria, las administraciones chavista-madurista han utilizado la reconversión como una forma de dar estabilidad y dar la ilusión de haber resuelto los problemas; pero lamentablemente, no por mucho tiempo. En 13 años se han llevado a cabo dos reconversiones: una en 2008 durante la gestión de Hugo Chávez y 10 años después con la administración de Nicolás Maduro.
La recomendación de Ana Rosa es similar a la de analistas consultados por TalCual, quienes sostienen que lo ideal sería eliminar seis ceros, pero dudan que el proceso esté acompañado de la emisión de una nueva familia de billetes y mucho menos de un paquete de medidas económicas. Mientras, resaltan que la digitalización de la economía pudiera contribuir a solventar los problemas generados por la escasez de efectivo en bolívares, pero que la dolarización de facto se profundizará aún más.
Para Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera, existen dudas sobre el cono monetario que pudiera acompañar a esta nueva reconversión, ya que a su juicio, no están dadas las condiciones para que se emita una nueva familia de billetes.
Explicó que el Banco Central de Venezuela (BCV) ha tenido problemas para abastecer apropiadamente al país con la cantidad de efectivo necesario para el menudeo de las transacciones que afecta a la mayoría de las personas y principalmente para los que usan el transporte público.
En ese sentido, considera que la dolarización de facto puede seguir compensando la escasez de bolívares en efectivo.
«La ironía es que el componente de efectivo de los medios de pago en Venezuela terminará siendo mejor atendido por la dolarización, aún con los problemas que tiene. No queda claro que exista la posibilidad de imprimir una nueva familia en el cono monetario. Esto no es un asunto fácil de resolver por razones económicas y prácticas por el contexto de sanciones en el que se encuentra la administración de Maduro», indicó.
Herrera sostiene -por otra parte- que lo más idóneo es que se eliminen los seis ceros que ganó el bolívar desde 2018 debido al proceso de hiperinflación. «Mientras más honesta y realista sea este proceso de reexpresión, es decir, eliminar seis ceros en lugar de solo tres, podrá generar mayor duración y efectividad y no someter al país a estos trastornos que acarrean también costos y secuelas inflacionarias».
Desde la reconversión del año 2008 y con la de 2018 se han eliminado ocho ceros al bolívar, pero los problemas de alta inflación y devaluación continuaron en el país.
José Manuel Puente, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), recuerda que Venezuela es la única economía del mundo en hiperinflación, este año la tasa está proyectada entre 2.000% a 2.500%. Explicó que una economía que vive en hiperinflación y en altos y persistentes ajustes del tipo de cambio hace inevitable llevar a cabo regularmente cambios en el cono monetario o eliminaciones de ceros a la moneda.
«El billete de más alta denominación del actual cono monetario es un tercio de dólar, y con ello lo único que se puede hacer es pagar un boleto de transporte público, porque no hay algún otro bien o servicio con un precio con el que se pueda pagar con 1 millón de bolívares. Se hace inevitable hacer una reconversión de eliminar ceros o generar un nuevo cono monetario con nuevo nombre», dijo.
Destacó que el problema de fondo es la hiperinflación y devaluación del tipo de cambio y el gobierno con las eliminaciones de ceros o reconversiones no está atacando estos desequilibrios económicos. Afirmó que las reconversiones son medidas cosméticas que no atacan el origen del problema macroeconómico. Cree que en las actuales condiciones del país, lo ideal es eliminar el mayor número de ceros que se pueda, pero que ésta medida no es la panacea.
«El problema central es la gran brecha fiscal que existe entre gastos e ingresos de la nación que genera un alto déficit presupuestario, que obliga al gobierno a financiar ese déficit con emisión monetaria del BCV, la cual tiene impacto sobre los agregados monetarios. Esos excesos de dinero circulando en la economía se va primero hacia la compra de bienes, lo que genera inflación; y segundo, se va al mercado cambiario con lo cual genera devaluación. Esto es un círculo vicioso que no tiene fin. Si esto no se corrige, cada año se tendrá que eliminar ceros al bolívar o cambiar de cono monetario», dijo Puente.
*Lea también: Rechazo al billete de Bs 50.000 «prende la mecha» en El Callao y Guasipati
Puente coincide en que la emisión de nuevos billetes es muy costosa, ya que en muchos casos el costo es mayor que el valor que tiene el papel moneda, por lo que la importación se hace cuesta arriba para el BCV.
«Esto es un drama. El valor nominal de la moneda es menor a su costo de producción. Pero además está el problema de que no importa cuánto cueste y que cuando emitas el billete, la hiperinflación y la devaluación harán que pierdan muy rápidamente su capacidad de compra y se tendrá que volver en unos meses o pocos años a eliminar ceros a la moneda».
Al ser consultado sobre si el plan del gobierno de digitalizar la economía pueda en esta ocasión contribuir a que un nuevo proceso de reconversión sea menos traumático a los anteriores, dijo que aunque el gobierno está haciendo un esfuerzo porque las transacciones en gran parte sean electrónicas, lamentablemente el problema es que aún hay un alto porcentaje de la población que no está bancarizada.
«No tenemos números oficiales pero puede que 30% a 40% de los venezolanos más humildes no tiene una cuenta de ahorro y una tarjeta de débito o no cuenta con servicio de internet y no puede manejar sus cuentas electrónicamente. Aquí se genera un drama para las familias humildes o de bajos ingresos que tienen que pagar el transporte o los alimentos con efectivo», destacó el profesor del IESA.
Para Tamara Herrera, el gobierno tenía claro su intención desde enero cuando dijo que el país iría este año a la economía 100% digital, y era que estaba abonando el terreno para una reconversión que desde 2020 era necesaria. Sobre la dolarización, resaltó que en el año 2018 este proceso no estaba tan avanzado y la necesidad de papel moneda nacional era local. Sin embargo, considera que tanto el uso de dólares en efectivo como de las plataformas bancarias como el pago móvil, pueden aliviar la puesta en marcha de una nueva reconversión.
«Hay un aprendizaje para el país que ya iría por la tercera reconversión en un lapso de 13 años, ya se está acostumbrado en conocimiento desde el punto tecnológico de programación y debiera ser menos traumático y el gobierno debiera sacar provecho de la eliminación de seis ceros y no de tres».
La misma realidad
Los economistas consultados señalan que aunque se lleve a cabo un proceso de reconversión monetaria en el segundo semestre del año, el país lamentablemente cerrará mostrando su senda de recesión, de hiperinflación y devaluación.
«Lo que se es que los bolívares no me alcanzan, si no fuera porque cobro mis servicios de limpieza en dólares, ya mi familia se habría muerto de hambre. Para mi que con reconversión o no, igualito no vamos a salir de esta pobreza», afirma Ana Rosa.
Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera, acotó que la eliminación de ceros al bolívar en nada disminuirá la enfermedad de base de la economía venezolana, y que solo será un asunto impostergable por razones prácticas.
«El problema de fondo de la economía no será corregido con este proceso, de hecho, las reconversiones se ejecutan como último paso después de haberse ejecutado un plan integral y haberse estabilizado la economía, luego se define la nueva moneda y la referencia con respecto a la divisa».
Sobre los leves cambios que ha ejecutado la administración de Maduro en algunos aspectos de la política económica, Herrera señaló que las flexibilizaciones han sido un proceso desordenado ya por insostenibilidad pero no porque forme parte de un plan integral de estabilización.
«Me atrevería a decir que de no haber habido sanciones económicas todavía estaríamos en esa mutación perenne del sistema de control de cambio en los que se crearon tantos esquemas de administración de divisas. Solo fue un síntoma del agotamiento del control de cambio y de la negación a permitir que las cosas tengan el valor más próximo a la realidad».
A juicio de la directora de Síntesis Financiera, ese avance que hubo desde agosto de 2018, en el cual hubo un desmontaje parcial del control de cambio, permite dar una idea de una economía que está extremadamente deprimida. «No hay una liberación total, ya que aun existe la ley que inhibe, coarta o que amenaza y por lo tanto disuade a la inversión y la confianza en la economía y en quienes la dirigen. Toda esta desconfianza la paga la moneda nacional. Hasta que eso no se resuelva vamos a estar saliendo muy lentamente de la hiperinflación. Vamos a pasar uno o dos años más de tres dígitos, si no se hacen cambios de fondo no se saldrá de la recesión y en dos años tendremos una nueva reconversión».
Herrera reiteró que el esfuerzo del BCV solo ha estado concentrado en restringir monetariamente el crédito que ha producido una asfixia y una importante contribución a la recesión del país. «No tiene en su poder otro instrumento que sustituya a esa restricción financiera».
José Manuel Puente resaltó además que mantener estable el precio del tipo de cambio se hace insostenible debido al muy bajo nivel de reservas internacionales del BCV, que llegan a 6.200 millones de dólares y que se ubican como las más bajas en 31 años. Es decir, el Banco Central no tiene las divisas para defender su esquema cambiario, no tiene dinero para financiar bienes de consumo final, intermedios o repuestos para que se reactive el aparato productivo.
«El gobierno ha flexibilizado su política en algunos ámbitos, pero al no ser un programa de estabilización integral con medidas fiscales, monetarias y cambiarias, aunado a un plan de financiamiento externo, pues no se logrará controlar la inflación, recuperar el crecimiento económico ni pleno abastecimiento».
Apuntó el profesor del IESA que en 2020 la economía tendrá un octavo año de recesión con una tasa de inflación de cuatro dígitos y con una fuerte evaluación del tipo de cambio. Es decir, será un período menos malo que de 2019 y 2020, pero igual será recesivo, de desabastecimiento y con un cono monetario que seguirá perdiendo capacidad de compra.
«Venezuela está en un hoyo tan profundo que por sí sola no va a poder salir de él. El 2020 fue catastrófico porque recibió los ingresos petroleros más bajos desde 1930, retrocedimos 80 años y esto es uno de los grandes dramas que ha vivido la economía. En 2021 pueden mejorar los ingresos por este concepto pero serán insuficientes para rescatar la economía».
Puente sostiene que Venezuela será la economía en 2021 con el peor desempeño económico del mundo y la única en hiperinflación. «Cuando una economía tiene un gran diferencial entre la inflación interna como la venezolana de 2.500% y sus socios comerciales de 3% o 4%, el tipo de cambio vive un proceso de apreciación, es decir, cada vez los dólares compran menos bienes y servicios y se hace inevitable la devaluación de la paridad cambiaria para que alcance su equilibrio».
Acotó que además de los desequilibrios macroeconómicos, se está viviendo una dolarización de facto en el cual se manejan recursos que están teniendo poco efecto en el desarrollo del país. «En el país está circulando una cantidad de dólares impresionante que vienen de actividades lícitas pero también una parte importante viene de actividades ilícitas como de negocios irregulares. Solo cuantificando las actividades lícitas de la nación como petróleo, oro y otros productos de exportación, no se logra explicar la cantidad de dólares que están transitando en el circuito económico. Sin embargo, esa dolarización seguirá avanzando».
Em definitiva, los analistas coinciden en que la reconversión monetaria engloba un conjunto de actividades que debiera realizarse dentro de un plan integral para la estabilización de la economía. Pero en Venezuela, este no es el caso; lo que hace inevitable acometer un programa para eliminar ceros al bolívar es el desbordamiento de los dígitos en todas las plataformas contables, debido a la afectación en la operatividad de las empresas.