El artículo de Jaua y el Audi de Freddy, por Xabier Coscojuela
Jaua no es un militante cualquiera. Ha estado siempre en la vanguardia, en el cogollo gobernante
Autor: Xabier Coscojuela
Al diputado Elías Jaua le preocupa la corrupción. Eso es lo que dice en su último artículo que leemos en aporrea.org y que se titula «Rebelión».
Realmente nos cuesta creer que esta repentina preocupación del hoy diputado sea sincera, pero vamos a creerle. Nos extraña que haya tardado 17 años en darse cuenta de los estragos que prácticas deshonestas han causado en la filas «revolucionarias».
Jaua no es un militante cualquiera. Ha estado siempre en la vanguardia, en el cogollo gobernante. Fue Canciller, encabezó otros ministerios y también se convirtió en el «protector» de Miranda.
En su artículo se denuncian diversas prácticas que considera corruptas, pero se cuida de dar nombres de los posibles responsables de ellas. Está en la misma línea de Héctor Navarro, Jorge Giordani y Edmée Betancourt.
Todos ocuparon importantes cargos en la burocracia oficial pero, que se sepa, ninguno acudió ante un tribunal o la Fiscalía para denunciar con nombre y apellidoa a algún compañerito que le metiera la mano al erario público.
En su artículo dice que hay que rebelarse contra el neoriquismo «que exhiben de manera impúdica quienes se han lucrado de manera ilícita, a costa de los mejores esfuerzos de la Revolución Bolivariana para lograr la prosperidad de nuestro pueblo».
¿Quiénes son los que lo exhiben? Por lo que escribe, se ve que Jaua sabe de quién habla. Entonces, ¿acudirá a la Fiscalía a pedir una investigación? Lo dudamos.
Al final dice que esperará la realización de un congreso del PSUV para discutir y decidir formas de combatir a la corrupción. Acaba o se está produciendo un congreso de ese partido, ¿habrá aprovechado este evento Jaua para plantear sus inquietudes y proponer los correctivos? Nos permitimos recordarle al hoy diputado que su líder y padre político justificó el golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, entre otras cosas, por la corrupción que existía en aquel momento.
El miércoles estaba citado por la Asamblea Nacional el general Carlos Osorio, exministro de Alimentación y cuya gestión está siendo muy cuestionada. Como dice Jaua en su escrito, no se debe caer en una cacería de brujas, pero ¿apoyará Jaua que se investigue la actuación del referido general? Este mismo miércoles en la referida sesión se supo que el actual presidente de la Comisión de Contraloría Freddy Guevara utiliza un automóvil marca Audi que un empresario le prestó.
El señalamiento lo hizo el diputado del PSUV Víctor Clark, y Guevara reconoció que era cierto. Tal vez quien le prestó el carro es un gran amigo del diputado y no quiere obtener nada a cambio, pero realmente no nos parece que andar sobre ruedas prestadas sea lo más adecuado.
Hay un refrán que se ajusta perfectamente a la conducta de Guevara. «La mujer del César no solo debe ser pura sino parecerlo».
No encontramos justificación válida para que el diputado y dirigente de Voluntad Popular utilice un Audi, que no es un carro cualquiera, para movilizarse.
Este incidente de Guevara nos recuerda lo ocurido cuando el hoy vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz, se estrenaba como diputado. A una empresa telefónica se le ocurrió regalarle un teléfono celular, tal vez sin ninguna intención ulterior, o tratando de aprovechar para su mercadeo la buena prensa que tenían los diputados de La Causa R en aquel momento.
El caso es que Aristóbulo decidió devolver el regalo para evitar cualquier tipo de suspicacia que el mismo pudiera generar. Las apariencias también importan, diputado Guevara. Hay que cuidarlas.
Pero los dirigentes del PSUV y quienes conforman el alto Gobierno no tienen autoridad moral para hablar de lucha contra la corrupción. En la anterior legislatura la oposición pidió varias investigaciones parlamentarias sobre diversos casos y todas fueron negadas por el capitán y sus lugartenientes.
Jaua no era diputado, pero nunca dijo nada.
A Guevara y el resto de los integrantes de la MUD les decimos que así como no hay golpes buenos y golpes malos, tampoco hay corrupciones buenas y corrupciones malas. No estamos acusando a Guevara de nada, pero reiteramos que lo correcto hubiera sido rechazar el carro prestado.
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