El bluff de las viviendas, por Teodoro Petkoff
Ayer al mediodía el Presidente montó una cadena de radio y televisión (arruinándole, de paso, el espectáculo a los amantes del fútbol, que no pudieron ver el partido entre España y Grecia) y por la noche inauguró un programa radial por la emisora del Estado, Radio Nacional. Sin embargo tuvo los riñones de afirmar que él no anda en campaña electoral. Menos mal, porque ¡dígame si anduviera! El motivo de la cadena del mediodía fue la entrega de 144 viviendas construidas por Fondur en Maracay. Demasiado cacareo para ese huevito de codorniz que puso. Eso es lo que construye cualquier alcaldía. La irrisoria cifra habla bien a las claras del estruendoso fracaso de la política de construcción de viviendas que adelanta el gobierno. En este campo, quizás más que en ningún otro, es donde se hace muy visible la enorme incompetencia e incapacidad de la administración chavista. A comienzos de su mandato, Chávez se jactaba de que “ahora sí” se construirían decenas de miles de viviendas anualmente, pero no esas “cajitas de fósforos de la Cuarta República” sino casitas “dignas” totalmente equipadas con los enseres domésticos. De esa promesa lo que queda son actos melancólicos como el de ayer, montado por Fondur.
Hace poco, el presidente de este organismo del Estado, en un poco frecuente rapto de sinceridad, habló sobre la gestión del ente que dirige (seguramente desde hace nada, porque en Fondur como en otras instancias administrativas los cambios de personal son casi mensuales) y dio cuenta de estos resultados espeluznantes. Fondur se había comprometido a entregar, en 2003, 33 mil viviendas, que correspondían a la suma de las que no se construyeron en 2002 más las de 2003. Dijo el funcionario que sólo se pudo entregar 8 mil, o sea, la cuarta parte de lo prometido, pero que para este año, 2004, la meta, el compromiso “revolucionario” era el de entregar las 25 mil restantes.
Pues bien, para el momento de su declaración, hace dos semanas, el presidente de Fondur reveló que sólo se habían entregado 2 mil soluciones habitacionales, a las cuales habrá que sumar las 144 de ayer. Estamos a mitad de año, de modo que se puede prever que la meta no será alcanzada. En seis meses construyeron 2 mil, más 144: faltan 22.856, que, por la muestra, es bien poco probable que vayan a ser edificadas en lo que queda del año.
Construir viviendas, por cierto, no es nada revolucionario. El más mediocre de los gobiernos anteriores a Chávez, a partir de 1974, entregaba anualmente un promedio de 60 mil viviendas. Eso es parte de la gestión de rutina de cualquier administración. Sin embargo, el gobierno de Hugo Chávez, en cinco años y medio solamente ha construido y entregado 33 mil viviendas anuales. En materia de incapacidad este gobierno abusa. Ni siquiera puede alegar la coartada de la falta de recursos. En estos cinco años, con los ingresos petroleros estratosféricos de que se ha beneficiado el de Chávez, un gobierno medianamente capaz habría podido entregar, al promedio de 60 mil por año, viviendas a 300 mil familias venezolanas. Ya nadie le pide a Chávez que haga grandes atrapadas. La gente se conformaría con que haga las jugadas de rutina, que coja los rolincitos de frente; que haga casitas, por ejemplo. Pero ni eso.