El chavismo se vacuna contra el sentido común al anunciar que producirá vacuna cubana
Actualmente, en Cuba está en curso la fase III de ensayos clínicos de Abdala, pues el pasado 5 de abril inició la aplicación de la segunda dosis del candidato vacunal, por lo que no se posee aún ningún resultado sobre este estudio, que no ha culminado
La ciencia cubana será puesta a prueba en Venezuela después de que el chavismo recibiera con los brazos abiertos la vacuna Abdala, desarrollada por Cuba, no para su aplicación directa, sino para dar pie a la fase III de ensayos clínicos.
Durante la última semana, una delegación cubana ha trabajado en la planta Espromed Bio, ubicada en la ciudad universitaria de Caracas, donde han afinado detalles para dar inicio a la fase III de ensayos en las próximas semanas.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez, tras efectuar una visita a estas plantas para «verificar las condiciones adecuadas para la producción de dosis de Abdala» -pese a que la funcionaria no posee ninguna experiencia comprobada en el campo científico o médico-, agradeció al gobierno cubano.
«Mientras el mundo está realmente enfrascado en un abominable proceso de desigualdad y de inequidad en el acceso de los pueblos a la vacuna, Cuba está siendo un ejemplo de solidaridad al pueblo», expresó Rodríguez en agradecimiento a Cuba por utilizar a Venezuela para sus experimentos.
La vocera del chavismo explicó que la delegación cubana se ha dedicado a orientar acciones para hacer ajuestes en la planta, en aras de adaptarla lo antes posible para la producción de vacunas en el país.
De esta manera, Venezuela empezaría a centrar sus esfuerzos en producir una vacuna que no está probada y que a duras penas completó su fase II de ensayos clínicos, cuyos resultados no pueden ser revisados ni contrastados debido a que no han sido publicados por el gobierno cubano.
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Más dudas que certezas sobre Abdala
Lo más cercano que se tiene a una certeza de su efectividad, son declaraciones del presidente del Grupo Empresarial de Industrias Biotecnológica y Farmaucética (BioCubaFarma), Eduardo Martínez, quien afirmó a mediados de enero que un comité «independiente» para el análisis de datos del ensayo clínico «comprobó los resultados».
En la tarde de hoy el comité independiente para el análisis de datos del estudio clínico Abdala, evaluó los primeros resultados de seguridad e inmunogenicidad de ese candidato vacunal del @CIGBCuba. Se sigue avanzando. #CubaViva #CubaEsCiencia pic.twitter.com/TqpPQnfGOJ
— EdMartBCF (@EdMartBCF) January 24, 2021
Actualmente, en Cuba está en curso la fase III de ensayos clínicos. El pasado 5 de abril inició la aplicación de la segunda dosis del candidato vacunal, por lo que no se posee aún ningún resultado sobre este estudio, que no ha culminado.
Entretanto, Venezuela se sumará a la fase III de ensayos, pero en lugar de importar las vacunas de prueba, las fabricará y hace la inversión anticipada para fabricar dosis que se integrarán al plan de vacunación, sin saber si la vacuna es realmente funcional.
De hecho, Nicolás Maduro ya afirmó que las dos candidatas vacunales cubanas, Abdala y Soberana 02, serán integradas al programa de vacunación a mediados de junio.
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AstraZeneca, comprobada pero rechazada
Entretanto, se mantiene la negativa del oficialismo a importar las vacunas desarrolladas por AstraZeneca, pese a que los resultados de la fase III de ensayos clínicos fueron publicados en diciembre de 2020 y desde entonces se integró a los programas de vacunación de todo el mundo.
Pese a que casos de trombosis en un ínfimo grupo de personas que recibieron alguna dosis de esta vacuna alertaron a algunos gobiernos europeos, que decidieron suspender temporalmente la aplicación de la sustancia desarrollada por la farmacéutica británica para investigar su posible relación con las coagulaciones.
Sin embargo, no hay prueba alguna que vincule estos casos de trombosis con la vacuna, por lo que organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendaron seguir aplicándola, debido a que sus beneficios superan con creces sus posibles riesgos.
A Venezuela pudieron haber llegado este mismo mes los primeros cargamentos de unas 12 millones de vacunas que destinaría el mecanismo Covax, pero Maduro condicionó la compra y exigió que las vacunas fueran de otra marca.