El clon, por Simón Boccanegra

Este minicronista ya está comenzando a creer en la teoría de los “dobles”. El Isaías Rodríguez que ayer anunció el recurso ante la Sala Constitucional contra la reciente reforma del Código Penal es, obviamente, un clon.O, al revés, este es el verdadero y el clon es el que payasea con el caso Anderson. De cualquier modo, evidentemente se trata de dos personas distintas. El que denuncia la estruendosa inconstitucionalidad de la reforma (ya sea el verdadero Isaías o su clon) tiene toda la razón del mundo y hay que reconocérsela. Esa reforma fue parida por cerebros escindidos entre el fascismo y el stalinismo (¿o tal vez el fidelismo?), yendo a contracorriente de toda la ciencia penal moderna, con una visión brutalmente represiva, que ni siquiera tenía el viejo Código Penal, que viene desde Gómez. La Fiscalía exige la anulación de 25 de los 29 artículos reformados –y de los cuatro restantes dice que están tan mal redactados, que deben ser reformulados. Entre los artículos cuya anulación pidió Isaías, está el que sanciona con penas estrambóticas los llamados delitos de desacato (ya eliminados en casi todos los países), que aquí se denominan difamación, injuria y vilipendio, y que de quedar tal como fueron aprobados prácticamente harían imposible la denuncia de fechorías que pudieran cometer funcionarios públicos.Vamos a ver qué dice la Sala Constitucional, que sobre esto debería pronunciarse muy rápidamente.