¿El CNE le teme al Presidente?, por Simón Boccanegra

A este humilde minicronista le gustaría saber si en el CNE, aunque sea por no dejar, se pasean por la performance electoral del Gran Charlatán. Me resisto a creer que esas buenas almas que componen el máximo organismo electoral puedan pensar que el lenguaje utilizado por el interfecto es normal y que corresponde a los criterios generales de lo que debe ser una campaña electoral. ¿Qué pasaría si algún candidato de oposición dijera, en cadena nacional de radio y tv, que tal o cual candidato oficialista -por no hablar del propio Chacumbele- es un «bandido», un «desgraciado», un «capo de una mafia», un «ladrón», un «miserable», un «imbécil», un «cobarde», un «traidor» que debe ser «pulverizado» y «barrido»? ¿El CNE se haría el loco, como ahora? Tiendo a pensar que en el CNE, más rápido que inmediatamente tomarían medidas contra el salvaje que así se expresase. ¿Por qué esa inhibición frente a Chávez? ¿Le tienen miedo? El Jefe del Estado viola toda la normativa que el propio CNE ha promulgado para la campaña. No es sólo cosa de lenguaje. El uso y abuso de los bienes públicos llega a extremos demenciales. El encadenamiento diario, varias veces, de los medios radioeléctricos, alcanza niveles grotescos. Cualquier pendejada le sirve de pretexto para confiscar durante larguísimas horas la radio y la tv, con sus candidatos al lado, advirtiéndonos previamente, con supremo cinismo, que no se trata de un acto electoral. Me cuesta creer que en el CNE no se dan cuenta de estos abusos. Es obvio que los ven y los oyen. ¿Por qué no hacen nada, aunque sea por cubrir las formas, como aquella vez, en 1999 o 2000, que el CNE lo multó? Por Dios, Tibisay, piensa un poco en el capítulo que la historia dedicará al CNE que estás presidiendo.