El diseño de políticas públicas mejora la integración de los migrantes en América Latina

Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) consideran que entender, analizar y medir la opinión pública sobre los migrantes se convierte en una necesidad, pues el fenómeno migratorio es una realidad social que va a perdurar por varios años
La crisis migratoria masiva en Venezuela, que constituye el éxodo más significativo de los últimos 50 años en el hemisferio occidental, ha originado una de las diásporas más desafiantes del mundo, dada su intensidad en un corto período de tiempo. Alrededor de 6,8 millones de personas venezolanas han emigrado, según datos de Naciones Unidas, y los países de América Latina y el Caribe han acogido a más de 80% de la población migrante venezolana.
La evidencia muestra que la migración internacional impulsa la productividad, estimula la innovación y genera sociedades más diversas, entre otros beneficios. Al mismo tiempo, flujos tan repentinos y masivos también generan presiones que tienen efectos en la pobreza, el desarrollo y la dinámica demográfica, para mencionar solo algunos impactos.
Un mundo mejor para la población migrante en América Latina y el Caribe es un libro que surgió de una investigación conjunta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para mejorar las condiciones de bienestar de la población migrante en América Latina y el Caribe, y contribuir a facilitar su integración en la sociedad a través de generación de evidencia sobre la entrega de información e influencia en el diseño de políticas.
A manera de resumen, en TalCual presentamos algunos aspectos relevantes, principalmente vinculados a la migración venezolana en América Latina:
- La reconfiguración reciente de los flujos migratorios en América Latina y el Caribe abre oportunidades en términos de integración y también representa oportunidades económicas para la región.
- La percepción que asocia el deterioro de la seguridad pública y el aumento del crimen y la delincuencia con la llegada de personas migrantes se ha consolidado como una narrativa común en la región. Sin embargo, esta es una idea errónea.
- La ignorancia frente a la realidad de la población migrante y las percepciones erradas sobre la migración refuerzan la identidad grupal al mismo tiempo que agudizan la discriminación y la xenofobia.
- El grueso de la población local considera que la llegada de personas migrantes intensifica los conflictos sociales.
Colombia: receptor y país de tránsito
Se estima que en 2020 alrededor de 3 millones de colombianos residían fuera del país y aunque la cifra acumulada supera el número de inmigrantes que hay en el país, el ingreso anual de migrantes a Colombia sobrepasa la salida de colombianos desde 2016.
Desde el año 2020, con el cambio de políticas migratorias en América del Norte y Europa, Colombia se convirtió en un país de tránsito para migrantes y refugiados provenientes de África, Asia y el Caribe. Más recientemente, la inestabilidad política y económica de Venezuela ha consolidado a Colombia como uno de los principales receptores de la población migrante venezolana.
«Los migrantes venezolanos pasaron de representar 32% de la población migrante en 1990 a ser 93% en 2020″, destaca el informe.
La migración de origen venezolano tiene vocación tanto de permanencia como de tránsito. Es también una migración heterogénea, en su mayoría de personas en condiciones de alta vulnerabilidad. 92% de los migrantes venezolanos dicen que la razón para migrar fue la necesidad de buscar mejores condiciones económicas.
Pero el balance de los efectos de la migración en Colombia es positivo y se espera que la migración también conduzca al crecimiento económico a corto y mediano plazo.
Entre los años 2013 y 2019 la migración venezolana generó un aumento de la productividad laboral de corto plazo en Colombia, impulsado por una mayor presencia de mano de obra calificada.
Sin embargo, Colombia es el país donde más personas (78%) dice estar en desacuerdo con la afirmación de que los migrantes son buenos para la economía y 67% de los colombianos piensan que los migrantes son una carga para el Estado.
En este país, 68% cree que los migrantes causan un aumento del crimen.
Migración en Chile
La población chilena (54%) considera negativo recibir personas migrantes de América Latina, pero si los extranjeros provienen de Venezuela, este número crece hasta 64%; resultado que es similar a la aceptación de los haitianos, también en 64% se considera negativo recibir a migrantes de Haití.
No obstante, Chile se vuelve ligeramente más abierto a la migración cuando esta proviene de fuera de la región.
Con respecto a los migrantes que ingresen de manera irregular a su territorio, 59% de los chilenos dicen que estos deben ser enviados a sus países de origen por parte del Gobierno.
¿Qué pueden hacer los gobiernos y demás actores?
De acuerdo con el estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo se requiere que los países adopten en poco tiempo políticas públicas que incluyen reformas institucionales de las entidades responsables de estos procesos y reformas normativas para adaptar los marcos legales a los nuevos requerimientos del fenómeno migratorio.
Entender, analizar y medir la opinión pública sobre la migración se convierte en una necesidad, pues el fenómeno migratorio es una realidad social que va a perdurar por varios años.
Identificar temas, herramientas y formas de comunicación que disminuyan las percepciones erróneas y evidencien la realidad del fenómeno migratorio es útil para la población migrante de la región, pero también para los gobiernos y los actores de cooperación internacional, pues una opinión pública adversa a los procesos de integración de dicha población genera costos en términos del desarrollo de la sociedad en conjunto y dificulta la implementación de políticas que permitan aprovechar los beneficios que trae
consigo la migración, destaca el texto.
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