El dólar gana terreno en la lista de precios de los comercios (IV)
La tiendas ofrecen alimentos, medicinas, chucherías, productos de higiene personal, aseo del hogar y electrodomésticos en divisa. El economista Asdrúbal Oliveros afirma que mientras siga avanzando el proceso de dolarización de facto cada vez los establecimientos tendrán menos miedo de poner sus precios y hacer publicidad en dólares
El bolívar, la “unidad monetaria” de Venezuela según el artículo 318 de la Constitución, desaparece poco a poco de las listas de precios en establecimientos y le cede el puesto al dólar, la moneda principal y de mayor circulación en el mundo, y la que se ha convertido en la favorita de los venezolanos por la pérdida del valor del bolívar, otrora una moneda fuerte respecto a sus pares regionales.
“¡Come aquí con 1 dólar!”, se lee en el anuncio de un local de venta de comida ubicado en Colinas de Bello Monte, al sureste de Caracas. Los consumidores que tengan en su billetera ese monto pueden comer una arepa, un plato de pasta con salsa boloñesa, napolitana o de pollo; un perro caliente o una hamburguesa que solo lleva pan, carne (50 gr) y las tres salsas tradicionales: de tomate, mayonesa y mostaza.
En el vidrio de la caja tienen pegada la lista de precios en dólares. No hay ni un plato en bolívares. “Eso lo hacemos como referencia, la gente puede pagar en bolívares”, dice el dueño del establecimiento.
Una hamburguesa junior con queso cuesta dos dólares, y con queso, huevo y tocineta tres dólares (carne, pollo o chorizo). Si la persona quiere acompañar su comida con papas “pringles” y un refresco, debe pagar dos dólares más.
Las parrillas cuestan cinco dólares si son de carne o pollo con yuca y ensalada; seis si es mixta; nueve con doble de carne o pollo con yuca y ensalada; y 10 dólares la mixta doble. Los perros especiales valen 1,5 (chistorra) y tres dólares (pollo o carne).
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El local también prepara desayunos. Los combos en promoción de un dólar incluyen: dos pastelitos; un par de tequeños medianos; un pastelito o una empanada con jugo de naranja. Un desayuno americano o criollo cuesta tres dólares, un tequeño mediano 0,5 y las empanadas de carne, pollo y queso tienen un precio de 60 centavos de dólar, que al tipo de cambio paralelo de 14.000 bolívares serían unos 8.400 bolívares.
Para el establecimiento, promocionar sus productos en dólares ha sido beneficioso, pues muchos clientes tienen la ilusión de que el precio pagado en divisas es mucho menor al que podrían cancelar en moneda local.
«La gente cree que una empanada en 60 centavos es barata. Un día vinieron dos muchachas y una de ellas dijo que estaba baratísima y le comentó a la otra que deberían venir más a menudo. Pero cuando le mostré cuánto era en bolívares, me respondió que en otro lugar estaba más económico”, relata el propietario.
Ahora no solo es común observar cafeterías, restaurantes, jugueterías, tiendas de artefactos electrónicos, de muebles para el hogar, supermercados, caucheras, peluquerías e incluso quioscos donde se indican los precios en la moneda estadounidense y los consumidores pagan con la divisa, sino también hay establecimientos donde los precios en los anaqueles están expresados en dólares.
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En un negocio ubicado en Santa Mónica, en el municipio Libertador al sur de Caracas, los empaques de los alimentos, medicinas, chucherías, productos de higiene personal y aseo del hogar tienen pegados unos papelitos fosforescentes donde se leen sus precios en la moneda estadounidense.
Medio kilo de harina de maíz amarillo precocida cuesta dos dólares, más de 28.000 bolívares al tipo de cambio paralelo de mediados de agosto. Como en todos los establecimientos del país, incluso en los manejados por adeptos al chavismo, no trabajan ni de broma con la tasa oficial informada por el Banco Central de Venezuela (BCV), que, sin embargo, no se encuentra tan alejada de la paralela.
Un jabón para lavar ropa de 250 gr. cuesta un dólar. Una presentación de suavizante de 970 ml tiene un precio de nueve dólares, de tres litros $12 y de cinco litros ya cuesta 20 dólares. Un gel de afeitar autoespumante para caballeros, de 200 ml, lo venden en 16 dólares.
Todas las cajas de los medicamentos están marcadas con un papelito que informa el precio en dólares del blister de 10 pastillas. Una decena de unidades del antibiótico amoxicilina cuesta cinco verdes, que serían 70.000 bolívares, casi dos salarios mínimos.
Diez pastillas de 100 microgramos de Levotiroxina, una medicina para pacientes con problemas de tiroides, son 2,5 dólares. Un blister de Esomeprazol de 20 mg vale en el negocio seis dólares, y de acetaminofen de 500 mg por un dólar.
En Venezuela, otros productos como teléfonos celulares, computadoras, televisores y electrodomésticos también son vendidos en la divisa. En la cuenta oficial en Instagram de Ivoo -tienda de electrodomésticos con sucursales en Valencia, Caracas, Mérida y Lechería- tenían en una oferta “flash” por 72 horas, válida solo entre los días 13 y 15 de agosto, una laptop de la marca HP en 495 dólares, un celular Xiaomi en 390 dólares y un televisor Samsung de 75 pulgadas en 1.890 dólares.
El distribuidor oficial de la marca Samsung para Latinoamérica, con tiendas en Venezuela y Panamá, ofrecía el 14 de agosto, como parte de una promoción, del mes un FHD Flat Smart TV de 43 pulgadas en 299 dólares, una nevera Twin Cooling Plus 449 dólares y un teléfono Samsung Galaxy Note 9 en 689 dólares.
“La dolarización de facto está avanzando. Cada vez los comercios tienen menos temor de poner sus precios y hacer publicidad en dólares. Es un proceso informal que está ocurriendo. La dolarización espontánea y caótica de la economía seguirá profundizándose, generando un sistema de exclusión social sin los beneficios de una dolarización formal”, afirma el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
Según la firma, el número de transacciones hechas en dólares en el país aumentó de 5% a 40% entre 2012 -un año antes de que Maduro asumiera el poder- y la primera mitad de 2019; un volumen ocho veces mayor al registrado siete años atrás.
Ahora se pagan en dólares 93% de los equipos electrónicos, celulares y computadoras; 84% de los electrodomésticos; y 72% de los repuestos para vehículos, de acuerdo con Ecoanalítica.
Efectos de «la hiper»
El país lleva casi dos años en una hiperinflación que además de incrementar de manera acelerada los precios de los bienes y servicios y de pulverizar cada salario mínimo que anuncia el gobierno de Nicolás Maduro, ha generado un proceso de dolarización informal. Solo en los siete primeros meses del año los precios han aumentado 1.579%, según la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN). Los ciudadanos buscan protegerse de la acelerada pérdida del poder de compra del bolívar con la moneda estadounidense.
El economista e investigador Víctor Álvarez explica que el signo monetario nacional ha perdido las funciones básicas del dinero y se utiliza cada vez menos como unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor. Asegura que en Venezuela cada vez es más común utilizar el dólar no solo para fijar los precios sino también para realizar operaciones de compra-venta y para proteger el poder de compra de los ingresos y ahorros.
“Los alquileres, que son contratos con una vigencia generalmente de un año, se tasan en dólares para proteger el pago mensual de la depreciación del bolívar que causa la hiperinflación; los presupuestos para la reparación de vehículos, artefactos electrodomésticos y otros equipos que requieran repuestos importados son calculados en dólares; consultas médicas, tratamientos de odontología, intervenciones quirúrgicas, operaciones estéticas, fisioterapia y otros tratamientos se cotizan en dólares. La cuota de condominios para el mantenimiento y reparación de ascensores, cámaras y equipos de seguridad se establecen en dólares; hasta la educación también se ha dolarizado, en pre-escolares, colegios y universidades privadas se cobra en dólares”, asegura Álvarez.