El hambre está generando prostitución infantil
Susana Rafalli especialista en nutrición hizo un llamado a conformar una alianza nacional, en la que tiene que participar el Gobierno, para enfrentar la desnutrición que también está generando prostitución infantil
El hambre y las enfermedades son aliados letales. Muchas de las muertes de infantes que se han producido en Venezuela en los últimos meses son debidas a esta combinación. Unos niños bien alimentados no hubieran sido víctimas de la difteria o del sarampión.
Es es una de las conclusiones que se pueden obtener de las intervenciones de la nutricionista Susana Rafalli y del médico José Félix Oletta, quienes junto con el presidente de la Asamblea Nacional, diputado Omar Barboza, participaron en el foro Hambre, desnutrición y salud, organizado por la Fundación Espacio Abierto en colaboración con Radio Comunitaria y TalCual.
El foro se inició con la intervención de Barboza, quien subrayó que desde la Asamblea Nacional se pretende concientizar a la sociedad venezolana sobre la profundidad de la crisis que esta viviendo el pueblo de Venezuela, por la falta de alimento y medicinas. “Por eso decidimos promover una alianza y este evento forma parte de las actividades de promoción que la Asamblea Nacional está desarrollando”.
Considera que se le debe dar atención inmediata a la apertura de un canal humanitario, tal y como se ha solicitado en el proceso de diálogo de República Dominicana. “La profundidad de la crisis nacional hace que esté en riesgo el derecho humano fundamental de cualquier ciudadano en el mundo, que es derecho a la vida, ya no solamente como consecuencia de la grave inseguridad personal que existe en el país, sino, como consecuencia de la escasez de alimentos y medicinas producto de políticas económicas que han generado esta situación “.
Por su parte, Susana Rafalli, representante de Caritas, suministró un conjunto de datos sobre la grave situación que vive el país en materia de nutrición. Apuntó que solo 33% de los alimentos que se consumen en Venezuela se producen en el país, pero si antes el faltante se resolvía con importaciones, ahora no ocurre eso y se produce la escasez, el encarecimiento y el hambre.
En las parroquias más pobres de Venezuela ya se pasó el umbral del 15% de los niños desnutridos, lo que sin duda es uno de los rasgos de una crisis humanitaria, a lo que sumó un gobierno incapaz de revertir la situación y pidió la ayuda de la sociedad civil para atender los niveles de desnutrición. «7 de cada 10 niños en las parroquias más pobres del país presentan signos de desnutrición».
Caritas de Venezuela registró para diciembre de 2017 unos indices de desnutrición representativo para los sectores más pobre de Venezuela con una total de 56%. Sin embargo, en lo que va del año aumentó a un 72%. Por su parte, 16% de los desnutridos se encuentran en estado grave con alto riego de morir.
Ante esta realidad, Raffalli considera necesaria la disposición de la plataforma del Estado para implementar los recursos alimentarios sin fines político. Considera necesario un esfuerzo nacional para enfrentar la situación, pero recalcó que el Gobierno tiene que ser un actor fundamental en este objetivo.
Afirmó que el hambre está produciendo prostitución infantil y narró un hecho ocurrido en el estado Sucre, donde una niña de 12 años no quería regresar con su familia, porque cuando el dinero no alcanzaba para hacer la compra en la bodega la obligaban a «pagar» con favores sexuales.
El exministro de Salud y profesor universitario José Félix Oletta, reclamó la falta de información de parte del gobierno que esconde las estadísticas, precisó que los médicos jóvenes venezolanos no conocían los síntomas de la difteria, pues era una enfermedad erradicada y llamó a tomar medidas urgentes en las zonas mineras de Bolívar por ser los focos de propagación de la malaria, enfermedad que junto con la difteria estamos «exportando» a Colombia y Brasil.
Señaló Oletta que la propagación del sarampión es una demostración de las fallas en los programas de vacunación, ubicó en mil el número de afectados por esa enfermedad que dijo tenía una incidencia mortal del 20%, superior a la de Haití, y exhortó a los presentes a acercarse a los ambulatorios o Centros de Atención Integral para que corroboraran que no hay vacunas.
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