El «loco de la pancarta» pide a candidatos atender situación de pacientes psiquiátricos
“Vanguardia psiquiátrica de liberación” es el lema y el nombre del movimiento que Argenis Giménez lleva escrito en la pancarta que porta sobre su cabeza desde hace 31 años, como protesta para hacer ver la problemática de los pacientes psiquiátricos
Autora: Moiselis Méndez
Argenis Giménez lleva la mitad de su vida caminando por las calles de Barquisimeto, estado Lara, con una pancarta sobre su cabeza. Es por ello que le conocen como “el loco de la pancarta”. Asegura que no es locura ni mucho menos. Se trata de una protesta creativa que busca denunciar las degradantes condiciones a las que son sometidos los pacientes psiquiátricos.
Desde el año 1992, cuando inició su movimiento “Vanguardia psiquiátrica de liberación”, ha extendido su llamado a los gobernantes para que puedan visualizar el caso de los centros de salud mental, aunque sin mucho éxito. Giménez aprovecha que este 2024 es electoral para extender una pregunta a todos los candidatos: “¿Cómo se pronuncia usted públicamente por la problemática social del paciente psiquiátrico?”.
Esta misma interrogante la ha hecho a otros representantes políticos en reiteradas ocasiones, pero no ha escuchado respuesta que le convenza. Por eso, en su mensaje envía la invitación: “Gánese mi voto y tal vez mi pancarta”, como una especie de reconocimiento, ya que nunca ha hallado un verdadero interesado o “una persona con la capacidad de comprender la complejidad de este tipo de problemáticas”, según expresó en una entrevista para TalCual.
“Como los locos no votamos…no nos toman en cuenta”, lamentó. En estos casi 32 años de lucha, figuras políticas se han acercado y conversado con él, dice que lo toman como un “tonto útil” y buscan sobornarlo, pero esto no lo ha desmotivado y manifiesta que continuará con su marcha hasta lograr que todos vean su pancarta y concientizar sobre la magnitud del problema que denuncia.
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Sobre su lucha
Este 2024, Argenis cumplirá 64 años de edad y 32 años de lucha. Una “protesto-terapia” así lo llama él, pues asegura que su vida cobró un nuevo sentido al ser un luchador social. Siente que es “la voz de aquellos sin voz”. En todo este tiempo, su petición es la misma: que los gobernantes puedan establecer políticas públicas que promuevan la salud mental.
“Yo quedé en la calle y esta es la respuesta que yo le doy, a diferencia de los demás indigentes que agarran el auto-abandono, la mendicidad, la vagancia, el vicio. Yo no me he perdido así y estoy luchando por todos, yo no estoy planteando mi problemática personal y tampoco local, me estoy refiriendo a la salud mental en Venezuela”, comentó el sexagenario.
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Giménez padece de un trastorno de sueño que le provoca alucinaciones, situación que lo llevó a vivir en psiquiátricos en repetidas ocasiones, pero al enfrentarse a tratos tan inhumanos salió huyendo de aquellos lugares.
“Yo lo que protesto lo conozco en mi propio pellejo, en mis propios huesos, en mi propia sangre y en mi propia mente, como los demás compañeros del hospital… He vivido en psiquiátricos en distintos lapsos, haciéndome pasar por más loco de lo que soy. Y así es como conozco cómo se agoniza en ese submundo donde la justicia social nunca llega”, afirmó.
Toma su lucha con el respeto y la responsabilidad que se merece. En su caminar va cantando su consigna: “Yo no estoy pidiendo, yo estoy protestando”, y ante cualquiera que le pregunte le responde que no hace su labor por dinero, pero agradece inmensamente a quienes le colaboran con alimentos, dinero o cualquier otra ayuda.
No tiene familia ni hijos, no tiene casa ni sitio fijo donde dormir, comer o donde lavar su ropa, pero esto no ha sido motivo para que sus brazos desmayen. “Esto es un caso de la vida real. No se trata de la subjetividad de un loco con una pancarta en la cabeza, no es una maña que él tiene o es para que le den plata porque no quiere trabajar o es que le están pagando” es su respuesta a esos comentarios de quienes no creen en su protesta.
“Venezuela toda está como un psiquiátrico”
Giménez lamenta la situación de otras personas que como él han quedado en la calle. Señala que esta es una realidad que se extiende no solo en el estado Lara sino en todo el país y que en medio de tantas carencias muchos pierden la esperanza de poder surgir nuevamente y escogen el camino de las drogas, el alcohol o la delincuencia.
“La condena de ser loco y pobre”, usando esta frase del psiquiatra Franco Basaglia, a quien también le rinde homenaje en su pancarta por ser un insigne luchador y precursor del movimiento antipsiquiatricos en Italia. Explica que es el gobierno y la sociedad los que propician que los indigentes y enfermos mentales estén “más locos y más incurables”.
“En última instancia la culpa no es de ellos sino del gobierno y la sociedad. Como si hubiéramos dejado de ser seres humanos porque vivimos en la calle. Uno sigue siendo un ser humano, ¿y quién es el responsable de los derechos humanos según el esquema? El Estado. Pero como los locos no votamos, no mantenemos a nadie, no somos clientes de nadie, no pagamos impuestos, no somos tomados en cuenta en los juicios de valor de la sociedad”.
“Caeré muerto con esta pancarta. Este es un proyecto de vida que yo inventé y es vitalicio, yo me muero de esto”, dice con gran orgullo, siendo su único deseo que su accionar pueda quedar en la historia y trascender. Todo con la intención de mejorar la situación del paciente psiquiátrico.