El malandreo sigue en el CNE, señores rectores, por Sebastián Boccanegra

Las violaciones a la Constitución, a la Ley Electoral, a cualquier reglamento que pueda garantizar unas elecciones medianamente equilibradas, se han venido produciendo durante todos estos años, arreciando este 2020. El asalto a la Asamblea Nacional, perpetrado por el general Padrino López, la designación de los integrantes del Consejo Nacional Electoral por el Tribunal Supremo de Justicia, algo que no le corresponde, el robo de los partidos políticos, la anulación del voto directo de los indígenas, son una muestra de lo que decimos.
A todo lo anterior agregaron un nuevo abuso: la “mudanza” de electores a centros de votación distintos a donde siempre habían estado asignados y donde habían votado. Eso se descubrió gracias a que algunos ciudadanos decidieron consultar si habían sido elegidos para conformar las mesas electorales el próximo 6 de diciembre.
La sorpresa de algunos fue mayúscula. Ya no votarían donde siempre lo hicieron, sino que fueron cambiados de centro de votación sin haberlo solicitado. En algunos casos, la “mudanza” se dio a centros de votación ubicados a miles de kilómetros de distancia de la residencia de los electores. Esta nueva modalidad anularía unos cuantos miles de votos el venidero 6 de diciembre.
Hasta ahora, solo hemos visto el pronunciamiento del secretario general de Avanzada Progresista, Luis Augusto Romero, rechazando esta nueva artimaña y exigiendo su corrección. Extrañamos el silencio de los rectores del CNE, no el de las rectoras que seguramente estén de acuerdo con la trampita.
¿Qué esperan Rafael Simón Jiménez y José Luis Gutiérrez para pronunciarse y ofrecer alternativas para que a los ciudadanos se les respete y puedan ejercer el voto, si eso deciden, donde siempre lo han hecho? Pónganse los pantalones ante este malandreo