El numerólogo, por Teodoro Petkoff
¡Cómo está de picado el Gran Charlatán! El lunes en la noche, con la prensa extranjera, dedicó horas a unos ejercicios numerológicos en el vano intento por convencer de que no había sufrido un revés político. El problema no es sólo de números, que sin duda son importantes, sino político. Parafraseando la famosa imprecación de Clinton (y sin alusiones personales, dicho sea de paso): ¡es la política, estúpido, la política! Nadie discute que el chavismo es, por ahora, una gran fuerza, con raíces en una porción considerable del pueblo venezolano y que ganó donde se sabía que ganaría.
Pero, a lo que el Gran Charlatán debería dedicar un monólogo frente a sus conmilitones –que lo escucharán sin abrir la boca– es a responder esta preguntica: ¿Cómo es que ese poderoso chavismo, con la campaña clientelar más obscena que recuerde la república, haciendo uso de un ventajismo canallesco y con su jefe amenazando con tanques, cárcel y sanciones presupuestarias a sus adversarios, haya perdido la capital de la República, el epicentro de la política nacional y asiento de los poderes públicos? El Gran Charlatán se esforzaba en engañar a los corresponsales extranjeros con el sofisma de que Caracas es sólo el municipio Libertador. Falso de toda falsedad. ¿Qué razón política explica que Chacumbele haya perdido este espacio político clave de la vida nacional, derrotado por Antonio Ledezma, uno de los que Chacumbele juraba que «no volverían»? Pues volvió. ¿Cómo se explica ese fenómeno político? ¿Cómo se explica que un joven ex líder estudiantil como Stalin González haya conquistado más de 40% de los votos en Libertador, donde el chavismo solía pisar por arriba del 70%? En una de las mentiras más gordas que le hayamos escuchado a este maestro en el arte del engaño, Chacumbele dijo que Petare es zona de ricos, sembrada de campos de golf, y que por eso había perdido su candidato. Sólo quien no conozca Caracas puede creer tal cosa.
La verdad, todo el mundo lo sabe, es que la inmensa mayoría de los habitantes de Petare puebla las barriadas populares azotadas por el hampa y sin esos votos no habría podido ganar Carlos Ocariz.
¿Cómo explicar el fenómeno político que en Miranda, estado contiguo a la capital, y segunda entidad del país, gobernada por el segundo hombre del régimen, Diosdado Cabello, éste haya sido derrotado por Henrique Capriles? ¿Cómo explica Chacumbele el fenómeno político de que la más feroz campaña de insultos y amenazas que hayamos visto se estrellara contra la unidad opositora en el estado Zulia, el más importante, y que Maracaibo, la segunda ciudad de Venezuela, haya sido recuperada por la oposición? ¿Cómo se explica el fenómeno político de que Carabobo, tercer estado, asiento de la industria semipesada, haya sido ganado por la oposición, y que Táchira, con la significación geoestratégica que le es propia, también? En el cuarto gran centro político del país, Bolívar, nuestro emplazamiento obrero más importante, el chavismo sólo pudo ganar por la división opositora, pero es minoría.
¿Cómo explica ese fenómeno político el Gran Charlatán? ¡Es la política, estúpido, la política! La política lo que indica es que después de diez años, con los fantásticos recursos petroleros de que ha dispuesto, el discurso de Chacumbele suena cada vez más como ruido de barril vacío y su declinación es imparable e irreversible.