El pobre poder de compra del billete de 500 bolívares: 13 dólares, por ahora…
¿Qué traen los nuevos billetes de 200 y 500 bolívares? ¿Más inflación o mayor devaluación? Justamente estos dos indicadores son los que dieron paso a la puesta en circulación de piezas de más alta denominación en la economía venezolana, según analistas. Sin embargo, coinciden en que la medida es tardía y que los pagos en efectivo con moneda nacional han sido desplazados por el bolívar digital que las propias autoridades promocionaron
La medida de incoporar nuevos billetes de más alta denominación es tardía dado el nivel de devaluación de la moneda nacional, acotaron analistas al conocer la decisión del Banco Central de Venezuela (BCV). Destacaron que las piezas de 200 y 500 bolívares ya nacen con una dificultad: su pobre poder de compra en una economía con una cada vez más aceptada dolarización y con la promoción gubernamental del llamado «bolívar digital», que no es más que el uso de medios de pago electrónicos.
«En agosto de 2021, justo en la última reconversión monetaria hecha en Venezuela, un billete de 100 bolívares equivalía a 25 dólares. Hoy, equivale a 2,7 dólares. Eso explica la emisión anunciada de las dos nuevas piezas», acotó el economista Leonardo Vera.
En este sentido, el billete de Bs 200 equivale actualmente 5,4 dólares a la tasa de cambio oficial y el de Bs 500 equivale a 13 dólares. Aunque se considere que el mercado cambiario al igual que la inflación se han mantenido estable en el último año, lo que realmente ocurre es que el incremento va a un ritmo menor que en otros períodos, pero son dos variables que continúan su impulso.
«La razón de ser de las nuevas piezas es la actualización de la familia monetaria, en agosto de 2021 ocurrió la última reconversión y no cabe la menor duda de que la medida busca tener un sistema de pago más flluido. La economía ha tenido una inflación baja en los últimos meses, pero el acumulado de los últimos tres años sigue siendo elevado», acotó Vera.
Para Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera, toda ampliación del cono monetario forma parte de un plan de adaptación a la evolución de la inflación de cada país. «Esto es simplemente una parte de un proceso que ahora tiene una escala más normal de la que vivimos. Venezuela ha tenido tres conos monetarios en un lapso cortísimo en su historia económica y eso es demostración de una gran inestabilidad económica», explicó en entrevista al Circuito Éxitos.
El BCV anunció el viernes 16 de agosto que la incorporación de los nuevos billetes será de forma gradual quizás para evitar un incremento en los precios de los bienes. No obstante, no informó cuántas piezas planea emitir. La economía venezolana suele reaccionar drásticamente a las medidas de política monetaria y cambiaria, y más aún cuando las mismas no suelen ir acompañadas con argumentos, lo que genera incertidumbre.
Tras la medida, ya varios consumidores observaron un aumento de los precios en algunos rubros alimenticios en los establecimientos comerciales y Consecomercio pidió al sector respetar la tasa de cambio del BCV en las transacciones con divisas. «Las empresas privadas cobran el dólar según la tasa establecida por el BCV, pero los negocios informales imponen una cotización superior, sobre todo en redes sociales», señaló en un comunicado, Gustavo Valecillos, presidente del gremio.
El economista Francisco Contreras coincide en que la decisión del BCV de introducir nuevos billetes responde a una necesidad operativa en un entorno económico inflacionario. Pero advierte sobre el tema de las expectativas.
«Venezuela atraviesa un periodo de alta inflación, dolarización informal y una regulación económica restrictiva que afecta a todos los sectores. En este marco, las decisiones económicas tienen repercusiones significativas tanto en el comportamiento de los actores económicos como en el bienestar general de la población», dijo.
Agregó que desde una perspectiva teórica, es poco probable que esta medida logre restablecer la confianza en el bolívar o frene la dolarización informal. «Sin un respaldo productivo y un marco regulatorio coherente, la emisión de nuevos billetes podría incluso agravar los problemas inflacionarios y continuar debilitando el sistema financiero venezolano».
Contreras recalcó que la emisión de nuevos billetes, sin un respaldo productivo que lo justifique, podría considerarse un factor que introduce más incertidumbre en la economía. «Al aumentar la cantidad de dinero sin un incremento correspondiente en la producción, se podría generar inflación».
*Lea también: Consecomercio insta a respetar la tasa oficial del BCV para transacciones en divisas
Poco efectivo
«Confirmo… al menos en el comercio (donde se mueve mi negocio), la llegada del nuevo cono es «sin efecto». En mi caso 45% divisas, 52% bolívares (electrónico) y 3% (decreciendo) en bolívares efectivo», dijo el usuario @garabato en su cuenta X al responder a datos proporcionados por la consultora Ecoanalítica sobre el bajo uso de los bolívares en efectivo en el país.
Cuando se paga en bolívares, el uso del efectivo es el medio menos usado según el último estudio de pagos de Ecoanalítica, indicó Asdrúbal Oliveros, director-socio de la firma. De acuerdo a la información, 74,4% de los pagos son a través de puntos de venta, seguido del pago móvil con 15,1%, Biopago con 6,1% y efectivo con 4,4% del total.
«La incorporación de dos nuevos billetes al cono monetario en Venezuela es pertinente para facilitar pagos en efectivo en bolívares, aunque llega tardía», recalcó Oliveros.
Justamente para el economista y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Ronald Balza, el no haber contado con billetes en denominaciones y montos adecuados, ni de créditos en bolívares, debe haber estimulado la bancarización con fines transaccionales como pago móvil y la extensión del sistema multimoneda preexistente, aprovechándose instrumentos viejos y nuevos para usar divisas.
Francisco Contreras resalta que aunque la medida busca facilitar las transacciones en bolívares, «los nuevos billetes no abordan la pérdida de esta función crítica, lo que limita su efectividad para restaurar la confianza en la moneda».
Desde hace mucho tiempo, la cantidad de efectivo no va a la par con el crecimiento de la masa monetaria o dinero disponible en el mercado interno y, es por ello que han ocurrido picos de escasez de efectivo. Analistas explicaron que el BCV ha emitido billetes a un ritmo por debajo de la inflación y de la masa monetaria, la cual ha crecido a un ritmo mucho más acelerado que la economía real.
De acuerdo a los datos del Banco Central, a junio de este año, el porcentaje de monedas y billetes (Bs 4.205 millones) en circulación representa 3,5% del total de liquidez (Bs 118.388 millones), cuando en 2017 era 7,5% y años atrás la proporción se mantenía entre 10% a 12%.
El incorporar nuevas piezas de dinero en efectivo llega con la promoción de la administración de Nicolás Maduro al llamado «bolívar digital», que no es más que incentivar el uso de los medios de pago electrónicos para paliar la escasez de efectivo en moneda nacional. La dolarización de facto contribuyó a evitar las consecuencias de la poca disponibilidad de bolívares en efectivo, ahora son más los dólares que se pueden conseguir en muchas billeteras de los venezolanos o en las cajas registradoras de los comercios.
«Cuando se difunda el uso de las tarjetas contactless (pago sin contacto) probablemente el efectivo solo se use para pagar pasajes», afirmó otro usuario en redes.
Y es que en concordancia con la orden gubernamental de incentivar «el bolívar digital», la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) ha llevado a cabo reuniones con las entidades financieras para pedir estrategias que agilicen el uso de la banca electrónica. Una de ellas, es la incorporación de las tarjetas de débito y crédito contactless con las cuales se puede pagar en cualquier comercio con solo acercarlas al punto de venta y sin necesidad de una clave, para de esta manera realizar un pago de manera inalámbrica.
¿Se busca desdolarizar?
Con el anuncio de los nuevos billetes también surgieron interrogantes sobre si la medida es una de las que tomará la administración de Maduro para prepararse para un escenario de nuevas sanciones de Estados Unidos, las cuales podrían disminuir el ingreso de divisas. Algunos advirtieron que quizás se plantean «desdolarizar» la economía venezolana y así bajar las presiones en el mercado cambiario y en consecuencia en la inflación. No obstante, analistas consultados sostienen que será «cuesta arriba», hacer que los venezolanos vuelvan a usar solo los bolívares en efectivo como medio de pago.
Para Francisco Contreras, «la dolarización imperfecta» es signo de economías donde la moneda local pierde valor, los actores económicos tienden a utilizar una moneda extranjera como medio de intercambio y reserva de valor. En el caso de Venezuela, existe una baja confianza en su moneda y esto es esencial para su estabilidad.
«La desconfianza en el bolívar, exacerbada por la inestabilidad económica y la intervención gubernamental, reduce la base de depósitos en moneda local y, por ende, la capacidad de los bancos para prestar. Sin considerar el peso de un elevado encaje legal y de restricciones que pesan sobre el sistema financiero (…) La contradicción entre la promoción del bolívar y la preferencia del público por el uso del dólar genera expectativas de que el bolívar seguirá depreciándose, lo que podría perpetuar la dolarización informal», explicó.
El profesor Leonardo Vera sostuvo que en la medida que baje la inflación, habrá mayor confianza en el bolívar y eso contribuye a que «la economía se dolarice un poco menos. Estamos en este proceso». Agregó que no cree que haya otra razón o motivo para impulsar al Banco Central a emitir billetes de más alta denominación, solo que se requería esas piezas en circulación.
«¿Que en Venezuela va a ocurrir en algún momento un ajuste cambiario? Si, eso no cabe la menor duda. No se puede mantener anclado el tipo de cambio por tanto tiempo mientras haya inflación, ya que eso abarata las importaciones y hace a los productos nacionales menos competitivos. En algún momento habrá que buscar una parida cambiaria de equilibrio», dijo.
Sobre cómo recuperar la estabilidad, Contreras recomienda establecer un Programa de Estabilización Macroeconómica con un estricto control monetario, con una política fiscal responsable y con una flexibilización del mercado de divisas. Igualmente, fortalecer las instituciones y eso pasa por darle independencia al Banco Central, así como mayor transparencia y rendición de cuentas.
Sugirió además la necesidad de promover la dolarización formal o legalizar el uso del dólar de manera gradual y controlada y fomentar la dolarización bancaria. Así como, impulsar reformas estructurales, entre ellas, reducir las barreras al comercio y la inversión
para aumentar la competitividad de la economía, simplificación regulatoria y privatización de empresas estatales, y combatir la corrupción.
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