«El poder es para ejercerlo» y la misión de Unasur, por Xabier Coscojuela y Víctor Amaya

Esa suele ser la respuesta ante la cuestión del uso y abuso de recursos públicos para hacer campaña electoral o actividad partididista: desde dinero en efectivo, pasando por el autobús, la camioneta, el empleado en su horario de trabajo, el camión, las líneas telefónicas, y un sin fin más
Autor: Xabier Coscojuela y Víctor Amaya
La frase la dice mucho militante suelto por ahí: «el poder es para ejercerlo».
Suele ser la respuesta ante la cuestión del uso y abuso de recursos públicos para hacer campaña electoral o actividad partididista: desde dinero en efectivo, pasando por el autobús, la camioneta, el empleado en su horario de trabajo, el camión, las líneas telefónicas, y un sin fin más. Recursos públicos no es solo plata en efectivo, sino todo aquello que en teoría sea solamente para uso del Estado en favor de todos, incluyendo el tiempo laboral de los funcionarios.
La frase la dijo textual un candidato del madurismo enGlobovisión. Ernesto «Chacho» Rodríguez, postulado por el circuito 1 de Anzoátegui, detalló cómo usan «apoyos» dePdvsa durante la campaña.
Este miércoles 18 de noviembre publicamos en TalCualdigital.com el audio en el que José Miguel Montañéz Silva, militar y gerente del Seniat en Zulia, ordenó a sus empleados: «marcan PSUV le dan a seleccionar todo, se toman la foto con el dedo en seleccionar todo, imprimió el papelito y chácata, se tomó la otra foto». Dijo que pasará revista pidiendo las fotos, sin excusas -incitando al delito porque hacer tales fotos está prohibido y acarrea detención y penas para quien lo haga. Aseguró hablar en nombre de su jefe José David Cabello (hermano de ya saben quién) que así estaría «orgulloso» de la institución que dirige donde él les pide a los empleados que «cuiden su trabajo». Eso sí, al menos ratifica que el voto sí es secreto.
Este martes 17, Jorge Rodríguez dijo que «independientemente de lo que está en el reglamento electoral nosotros podemos y debemos decir lo que queramos… El Presidente no puede hacer campaña en TV, pero puede decir lo que piensa para desenmascarar a la derecha». La respuesta de Maduro fue aún peor: «Tengo prohibido decir algunas cosas, tengo unos videos que no podemos pasar, pero igual vamos a transmitirlos». Las leyes son papel tualé en Miraflores.
Por si fuera poco, un día antes el gobernador de Táchira, José Vielma Mora, dijo en su programa de radio que para recibir ayudas sociales hay que cumplir con el 1×10 del PSUV. Francisco Arias Cárdenas lo ha justificado diciendo que los recursos son del Estado, pero que sus candidatos son quienes ven las necesidades del pueblo.
Además, Antonio Álvarez, candidato en Miranda, pidió que el CNE permita poner «El Potro» en su nombre en el tarjetón. Las cuatro solícitas rectoras accedieron. Pero la Mesa de la Unidad hizo una petición similar con la candidata Rumualda (Rumy) Olivo, cantante también, pero la petición no prosperó.
Antes de que arribara la misión de Unasur, el MIN solicitó cambiar su color en el tarjetón para hacerlo más parecido al de la MUD. La respuesta, ya se imaginarán, fue positiva.
La coalición opositora pidió modificar el color de su tarjeta para diferenciarse de la del MIN, pero recibieron un nunca casual No como respuesta.
La utilización de recursos del Estado para promover a los candidatos oficiales está a la orden del día. Uno de los que la practica con más asiduidad es el exministro Haiman El Troudi, candidato y coordinador «ad hoc» de la Misión Transporte, quien aparece en cuanta inauguración de obras públicas haga el Gobierno.
En TalCualdigital.com reseñamos otro abuso protagonizado por Jacqueline Faria, quien emplea recursos de la Misión Barrio Nuevo- Barrio Tricolor para promoverse en Caracas.
Las amenazas hechas por el primer mandatario también deberían llamar la atención a los integrantes de la misión de Unasur.
Eso de que si pierden, como va a ocurrir, saldrán a la calle o se desatará una ola de violencia, no es algo que dice demócrata alguno.
Quienes dirigen el «proceso» no creen en la democracia, pero dejarlo por sentado es una señal de alerta para Leonel Fernández y quienes lo acompañan en la Misión Electoral de Unasur. Tienen mucho trabajo si de verdad quieren garantizar un proceso diáfano, transparente y legítimo en las venideras elecciones parlamentarias, tal como le dijo esta semana a Vladimir Villegas el expresidente dominicano.
Su nombramiento luce acertado. Posiblemente se haya producido como una forma de solventar las diferencias surgidas entre los gobiernos de la Unasur y el dúo que manda en Venezuela. En Miraflores hubieran preferido alguien más «comprensivo» con sus intereses.
Tenemos fe en que Fernández pasará de las palabras a los hechos. Se está jugando su prestigio en este proceso.
Creemos que las pocas horas que tiene en Venezuela ya le han debido de servir para constatar algunas de las múltiples muestras de desventaja en que compiten los sectores democráticos contra el Estado venezolano, y el silencio del CNE que ha sido incapaz de ponerle coto a las acciones desmedidas del partido gobernante aunque, al menos, este jueves 19 ordenó al MIN retirar su publicidad que clonaba la imagen de la MUD para confundir a los electores.
Es una confirmación de que las rectoras del CNE pueden actuar contra algún abuso.
Lo hacen cuando la misión está aquí. Punto para Fernández y los suyos. Ahora que Tibisay y su combo demuestren disposición a condenarlos todos. Porque el abuso va a seguir.
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