El portavoz oficial, parce; por Simón Boccanegra
Juan Manuel Santos pasó de ser el representante del demonio en América Latina a “nuevo mejor amigo”. Ahora suma una distinción más: portavoz oficial del Gobierno venezolano. Resulta insólito comprobar algo que el propio Chávez denunciara tantas veces durante estos 13 años en Miraflores: sus organismos informativos no sirven.
En aquél seudodocumental “La Revolución No Será Televisada”, el mandatario puyaba a su gabinete pidiendo mayor eficiencia en el manejo informativo de las acciones de su gobierno. Más de 10 años después seguimos en lo mismo.
Andrés Izarra se debate entre informar mal, como cuando negó que hubiese un resurgir del tumor que luego confirmó el propio jefe horas después, hasta quedarse calladito, quizá pensando en que se ve más bonito. Por el Minci entonces no es la cosa.
Luego dicen que Eugenia Sader, como ministra de Salud, en vez de ocuparse de hospitales y ambulatorios que están por el suelo se va a Cuba para servir de vocero oficial de la evolución del candanga en su nuevo padecimiento médico. Pero la coronela tampoco habla, ni sale, ni dice, ni comenta, ni informa. Por el lado de MinSalud tampoco es.
El propio Chávez escribe en Twitter algunas actividades y de cómo se va sintiendo, pero al comienzo del programa grabado para televisión del pasado sábado se descubre que fue Jorge Arreaza quien aparentemente redactó las líneas publicadas en la red social.
El miércoles finalmente nos enteramos por Juan Manuel Santos que el Jefe de Estado regresa al país la semana que viene, que se siente bien, que está bien de ánimo y que anda firmando convenios bilaterales. Es decir, el presidente colombiano termina fungiendo como ministro de información, de salud, de tuitero y hasta de secretario del mandatario.
Si ya este es un Estado binacional con Cuba, al parecer la firma de relaciones públicas es Colombia. La ineficiencia revolucionaria ahora encuentra muletas en nuestros vecinos colombianos. Insólito. El colmo.
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